Nuestros Territorios, Nuestra Decisión

Este editorial fue publicado originalmente en el diario El Comercio, el más difundido de Ecuador, por la lideresa Waorani, Nemonte Nenquimo, y la lideresa A’i Cofán, Alexandra Narváez.

Hace siglos los conquistadores que llegaban a nuestros territorios indígenas en todas las Américas llevaban sus caballos, espadas, fusiles, y también un documento – lo llamaban el “Requerimiento” – y lo leían en castellano (un idioma que no entendíamos los pueblos indígenas).  El documento básicamente decía que “desde ahora quédense informados de que nosotros somos tus dueños, y si nos aceptan pueden vivir en paz con nosotros, y si no, bueno les vamos a hacer guerra.”  Era un documento violento, eso sí. Pero esa tinta sobre papel satisfacía la necesidad formalista y burocrática de los conquistadores, y justificaba toda la cruel historia de la conquista que ustedes conocen muy bien.

Ahora les escribimos dos mujeres indígenas, líderes en nuestras comunidades de las nacionalidades amazónicas Waorani y A’i Kofan, para decirles que esta historia de la conquista sigue. Todavía aquí en nuestro país el gobierno y las empresas hacen trampa con sus conquistas (sean la extracción petrolera o minera) con procedimientos formales (que no resultan tan lejanos del famoso “Requerimiento”).  O sea, lo que llaman “consulta previa” en el Ecuador es básicamente lo siguiente: informar de forma confusa y engañosa a nuestros pueblos indígenas lo que el gobierno o las empresas van a hacer en nuestros territorios, y si no estamos de acuerdo, otra vez nos dicen “bueno les vamos a hacer guerra.”

Ustedes han de haber escuchado sobre nuestras luchas, y nuestras victorias.  En 2018, la guardia indigena de la comunidad A’i Kofán de Sinangoe salió a un recorrido territorial y encontró maquinaria pesada excavando el río Aguarico, una de 52 concesiones mineras otorgadas sobre el río por el gobierno para una duración de 25 años sin consultarnos nunca. Aunque ese río es nuestra fuente de vida, el estado mantuvo que no tenía que habernos consultado. ¿Lo pueden creer? La Corte Provincial de Sucumbios, en una sentencia histórica, aclaró que como somos los A’i Kofan quienes siempre hemos vivido ahí, también somos los A’i Kofan quienes tienen que ser consultados.

En 2012, en comunidades Waorani de Pastaza y de 6 nacionalidades más en el sur de la amazonía, funcionarios del estado aterrizaron de sorpresa para ofrecernos pan y cola, enredarnos con una presentación rápida y imposible de entender sobre la licitación petrolera, y de ahí ofrecernos migajas a cambio (una escuelita por allí, una cancha-múltiple por allá). Una hora después, al despegar de nuevo, el estado contaba con su formalidad de “consulta”, su justificación para la nueva conquista extractivista. No importaba si estábamos de acuerdo o no, la licitación petrolera iba porque iba. O pues así pensaban los funcionarios del gobierno. Pero nosotros los Waorani tenemos una larga historia defendiendo nuestros territorios, y en julio del 2019, salimos de la Corte Provincial de Pastaza con bailes y cantos al ganar nuestra demanda contra el estado por haber violado nuestro derecho a la autodeterminación y la consulta previa, y efectivamente tumbamos la licitación de 16 bloques petroleros sobre 1 millón de hectáreas de territorios indígenas.

Nuestros ancestros antes llegaban a la lucha cargando lanzas sobre sus hombros. Hoy en día estamos luchando con documentos en la mano, escritos desde Montecristi y Ginebra que reconocen nuestro derecho al consentimiento previa, libre e informada y a la autodeterminación.

Ahora nuestros casos están frente la Corte Constitucional del Ecuador, que tiene una oportunidad histórica para dejar claro que el gobierno, los petroleros, mineros y madereros no pueden imponer sus proyectos en nuestros territorios sin nuestro consentimiento. Nuestros derechos, nuestros territorios, nuestra decisión.

No podemos seguir esperando. La Corte Constitucional debe llamarnos a audiencia pública ya. En su sentencia tiene que garantizar que en el Ecuador se respete el derecho de todos los pueblos y nacionalidades a decidir sobre el futuro de sus territorios y culturas. Es un paso necesario para este país plurinacional, una clara señal que hemos dejado la conquista en el pasado. Eso es nuestro “Requerimiento.”


Our Territories, Our Decision

This editorial was originally published in El Comercio, the most widespread newspaper in Ecuador, by the Waorani leader, Nemonte Nenquimo, and the leader A’i Cofán, Alexandra Narváez.

Over five hundred years ago, the conquistadores invaded Indigenous territories throughout the Americas on their horses, carrying swords, rifles, and a document – they called it the “Requirement”. They read this document to us in Spanish – a language that Indigenous peoples did not understand. The document essentially said: “From now on, let it be known that we are your owners. If you submit to this, then you can live in peace with us, and if not, we are going to wage war against you”. It was a violent document. But that ink on paper satisfied the formalist and bureaucratic needs of the conquerors and in turn, justified the cruel history of conquest that our world knows only too well.

We are two Indigenous women leaders from communities of the Waorani and Kofan nations in the Ecuadorian Amazon. As we write this, we want to tell you that this story of conquest continues today. In Ecuador, the government and companies continue to set new traps to push forward new conquests, like oil and mining extraction. They use formal procedures, which are not so different from the infamous 1513 Spanish Requirement.

In other words, what the Ecuadorian governments and industries call “free, prior and informed consultation” is nothing more than the following: they give us confusing and misleading information about what they want to do in our territories, and if we do not agree, they threaten us by waging war against us again.

The world has heard about our struggles and our victories. In 2018, the Indigenous guardia of the Kofan community of Sinangoe discovered large machinery excavating the shores of one of the country’s most important Amazonian headwaters, the Aguarico River, during a land patrol. It was one of the fifty-two mining concessions granted by the Ecuadorian government for a duration of twenty-five years, without any consultation whatsoever with the community. Although this river is a source of life for us, the State argued that it didn’t need to consult us before granting the concessions. Can you believe the nerve? But later that year, the Provincial court of Sucumbios ruled in favor of our rights, affirming that we, the Kofan, are the ancestral guardians of this territory, and so we must be consulted.

In 2012, government officials traveled to Waorani territory and to the territories of six other Indigenous nations in the central-south Amazon. They came by plane and arrived unannounced, offering us Coca-Cola and bread, and gave quick and impossible to understand presentations about an oil block auction. They tried to lure us in by promising to build schools and football fields. One hour later, they took off into the air again and claimed to have completed their formality of “consultation” – in other words, their justification for the new extractivist conquest. It didn’t matter if we agreed or not: the government had decided that the oil auction was going forward. Or so they thought! But we, the Waorani, have always fiercely defended our territory since time immemorial. In July 2019, we danced and sung as we celebrated our historic legal victory against the Ecuadorian government in the Provincial Court of Pastaza, which recognized that our right to self-determination and free, prior and informed consultation had been violated. The ruling put a halt to the planned expansion of sixteen new oil blocks overlapping one million hectares of Indigenous rainforest territories.

Our ancestors used to fight carrying spears on their shoulders. Today, we are fighting with documents written in Montecristi (birthplace of the current Ecuadorian Constitution) and Geneva in our hand, documents that recognize our right to free, prior, and informed consent and self-determination.

Now our cases sit before the Constitutional Court of Ecuador, which has a historic opportunity to make it clear that the government, oil companies, miners and loggers cannot impose their projects in our territories without our consent. Our rights, our territories, our decision!

But we cannot carry on waiting. Too much is at stake. The very future of the Amazon and our climate is at risk. The Constitutional Court must convoke a public hearing on the case now. The Court must rule on Indigenous people’s right to decide in Ecuador and guarantee that our right to decide over the future of our territories and cultures is respected. It is a necessary step for this pluri-national country and a clear sign that we have left the conquest in the past. This is our “Requirement.”


Tres meses del paro nacional en Colombia: violaciones de derechos humanos, impunidad estatal e incumplimento a las recomendaciones de las Misiones internacionales

Tras tres meses de resistencia de la sociedad civil en el Paro Nacional, no queda ninguna duda que el Gobierno del Presidente Iván Duque Márquez viola de manera sistemática los derechos humanos. Así lo han demostrado las organizaciones sociales y de derechos humanos nacionales e internacionales que registran estos hechos.

Desde que inició el paro en Colombia, el 28 de abril de 2021, dos misiones internacionales han llegado a este país. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó una visita de trabajo entre el 8 y el 10 de junio de 2021 y presentó su informe el 7 de julio. La segunda misión, conformada por representantes de la sociedad civil y parlamentarios delegados de doce países, trabajaron en ocho departamentos recogiendo testimonios e información de primera mano entre el 3 y el 12 de julio de 2021. En ambas visitas se constataron las denuncias de graves violaciones a derechos humanos, el tratamiento bélico que el gobierno de Iván Duque Marquez viene dando a los manifestantes, la infiltración de grupos civiles armados en el marco de la protesta, la estigmatización de líderes sociales y dirigentes indígenas, además de la falta de seguridad para la integridad de las personas que realizan labores de monitoreo, acompañamiento y vigilancia de DDHH, y para quienes denuncian lo sucedido.

Entre las principales preocupaciones que se han manifestado en la misiones, está la negativa del gobierno colombiano de oír las demandas de los sectores sociales y generar espacios de diálogo; de acoger las observaciones y recomendaciones de organismos internacionales como la CIDH y de organizaciones sociales tanto locales como internacionales. Frente a la activación de una nueva jornada masiva de protestas en el marco del feriado nacional en conmemoración de la independencia el 20 de julio de 2021, preocupa la falta de control con la que actúa la fuerza pública, y en particular el letal Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía Nacional (ESMAD), constituyendo una amenaza cierta para la vida e integridad de los manifestantes por intervenciones violentas, arbitrarias y completamente desproporcionadas ante las protestas pacíficas, y una respuesta estructural del Estado que da tratamiento de combatientes en una lógica de persecución al enemigo, a los líderes sociales, indígenas, afrodescendientes y defensores de derechos humanos que diariamente documentan la inequidad del país y exigen el cumplimiento de los Acuerdos de Paz.

En este análisis recogemos los principales hallazgos de las misiones internacionales y las exigencias que se hace al Estado desde la sociedad civil en Colombia, que llama a la visibilización internacional de la situación y a que se tomen acciones frente a las denuncias. 

CIDH: las recomendaciones que el gobierno se niega a considerar

En informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se constató la disparidad de cifras entre  los reportes oficiales de la Fiscalía General de la Nación, la Consejería Presidencial para los Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo y los datos consolidados por las organizaciones de la Sociedad Civil. Para los primeros, sólo se confirmaron 21 personas fallecidas en el marco de las protestas, resaltando en su informe las lesiones físicas a los integrantes de la fuerza pública (1.253 policías heridos) y las pérdidas económicas por el accionar violento contra bienes públicos y privados con afectaciones estimadas por el Ministerio de Defensa en más de 11,9 billones de pesos (USD 3,3 miles de millones).

Por su parte, la Campaña Defender la Libertad documentó hasta el 22 de julio de 2021, 87 homicidios de personas civiles en el marco de la protesta social, de los cuales 28 son presuntamente atribuibles a la fuerza pública; 1.905 personas heridas por abusos policiales, de las cuales 88 casos se relacionan con lesiones oculares y 115 con heridas por arma de fuego. También se registraron 326 agresiones hacia personas defensoras y las agresiones sexuales y violencias basadas en género por parte de la fuerza pública, reportándose tocamientos, desnudez forzada, acoso sexual, hostigamiento, violencia sicológica y violación.

La CIDH manifestó explícitamente su preocupación por las inconsistencias en el registro de las cifras entregadas por el Estado y la disparidad, particularmente de las víctimas fatales y desaparecidas, con los sistemas de monitoreo de la sociedad civil, pues esto incrementa la desconfianza de la ciudadanía en las autoridades, siendo la falta de legitimidad, la corrupción y la impunidad una de las causas del malestar social que produjo el estallido popular el pasado 28 de abril.

La CIDH documentó usos desproporcionados de la fuerza pública, incluyendo respuestas letales excesivas, indiscriminadas y contrarias a la legalidad (como el empleo de gases irritantes vencidos, dispositivos lanzagranadas, impactos a corta distancia contra la cabeza y tórax de las personas manifestantes y atropellamiento con tanquetas antidisturbios), que se encuentran en audios, fotografías y videos que circulan por las redes sociales, y que fueron corroborados por testimonios individuales y colectivos recolectados durante la visita. A pesar de que el Estado mismo ha reconocido infiltraciones en las protestas de terceros armados, a la fecha no hay resultados contundentes de investigaciones orientadas a conocer  la responsabilidad individual y la participación de la Policía Nacional en estos hechos.

Sobre los hechos de violencia basada en discriminación étnico-racial contra pueblos indígenas y comunidades negras, la CIDH recibió un registro de 50 casos de ataques contra integrantes de la Minga Nacional, Social, Popular y Comunitaria, y el fallecimiento de 2 personas indígenas, 159 hostigamientos y 21 vícitmas de atentados en el marco de la protesta social.

La CIDH también documentó violencia en contra de periodistas y medios de comunicación; violencia contra las misiones médicas y el personal de salud; abuso de la figura inconstitucional del “traslado por protección” que constituye detenciones arbitrarias y discrecionales por parte de la Policía; así como mantenimientos de competencia en la Jurisdicción Penal Militar de los abusos documentados, entre otras situaciones de particular relevancia como el bloqueo de la señal de internet en los espacios de protesta, prácticas de “ciberpatrullaje”, difusión de noticias falsas, amenazas contra la vida e integridad a través de medios digitales y perfilamiento de personas para catalogarlas como criminales.

Respecto de las recomendaciones al Estado de Colombia, la CIDH invita a que se refuerce desde el más alto nivel de Gobierno un proceso de “diálogo genuino, con enfoque territorial” que permita procesos reales de concertación y participación de los sectores históricamente discriminados entre los que se encuentran los pueblos indígenas. De igual manera, la Comisión es insistente sobre la necesidad de adoptar medidas para garantizar la vida y la seguridad de las personas y organizaciones que testificaron durante la visita, evitando represalias ya sea por parte del mismo Estado o por parte de terceros, sin embargo, durante el mes de julio se han presentado, principalmente en Cali y Popayán, capturas a jóvenes integrantes de la “Primera Línea” de protestas.

Sobre las garantías para el pleno goce del derecho a la protesta social y otras recomendaciones específicas que incluyen, entre otras, ajustes normativos a través de leyes estatutarias que recojan los estándares interamericanos sobre el alcance de los derechos vulnerados y las implicaciones del respeto a la protesta pacífica como base del Estado Social y Democrático de Derecho, evitar la estigmatización y la discriminación; coordinar programas de reparación urgente a las víctimas de la violencia policial con perspectiva de género, interculturalidad e intergeneracionalidad. La CIDH también recomendó a la Policía Nacional y el ESMAD del Ministerio de Defensa, para evitar las perspectivas militares de estos cuerpos de la fuerza pública hacia otro centrado en la protección y seguridad con un enfoque ciudadano y de derechos humanos.

Pero el Gobierno Nacional, a través de la Vicepresidenta y Canciller Marta Lucía Ramírez, manifestó su desacuerdo sobre las recomendaciones de la CIDH enfatizando en el carácter no vinculante de las mismas. También señaló que al ser competencia exclusiva del gobierno nacional, la dirección de las relaciones internacionales, era imposible que las recomendaciones sean implementadas por gobiernos locales, a pesar de la voluntad que algunos habrían manifestado de hacerlo. Así mismo, el Presidente Iván Duque Márquez descalificó y tergiversó su contenido tras afirmar públicamente que la Comisión había recomendado “tolerancia” con los “actos de criminalidad”, refiriéndose a los bloqueos y rechazando que se lleve a cabo el Mecanismo Especial de Seguimiento en Materia de derechos humanos que se propuso por el organismo internacional.

 

Misión de Observación Internacional por Garantías a la Protesta Social y Contra la Impunidad en Colombia

Entre el 3 y el 12 de julio, 41 delegados y delegadas de trece países integraron la Misión de Observación Internacional SOS Colombia, en la cual participó el Defensor de Derechos Humanos y Coordinador del Equipo Legal de Amazon Frontlines, Jorge Acero González y la abogada Sylvia Bonilla como parte de la Alianza de Organizaciones de Derechos Humanos del Ecuador. Durante la visita, se recorrieron ocho regiones del país en el que se documentaron de primera mano, con las organizaciones locales, las agresiones, falta de garantías para la protesta e impunidad en un diálogo amplio con las víctimas, entidades gubernamentales y puntos de resistencia. Esta misión, fue la respuesta al pedido urgente de solidaridad internacional promovido a nivel nacional por plataformas de derechos humanos y organizaciones como el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP /PPP); La Coordinación Colombia Europa Estados Unidos (CCEEU); la Corporación Jurídica Libertad (CJL); el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ); la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz; la Fundación Forjando Futuros; Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo (PCDHDD); Campaña Defender la Libertad un Asunto de Todas; Alianza de organizaciones sociales y afines; y el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP).

En el informe preliminar de la Misión presentado públicamente el 12 de julio, se dejó constancia de la información receptada de más de 70 organizaciones locales y regionales como comités de paro, grupos estudiantiles, colectivos de mujeres, pueblos indígenas, organizaciones de derechos humanos, sindicales, entre otros, también se constató de la actualidad de las graves vulneraciones de derechos humanos que siguen ocurriendo en Colombia y de las que los integrantes de la misión, pudieron ser testigos directos: se presentaron hostigamientos de la fuerza pública a integrantes de la Misión, con ocurrencia de asesinatos, agresiones oculares y hallazgo de dos cuerpos sin vida de jóvenes desaparecidos de puntos de resistencia en cercanías a donde se encontraban reunidos.

De manera contundente, la Misión señala que: “las personas defensoras de Derechos Humanos en Colombia son blanco de actores estatales y no estatales por su promoción de los Derechos Humanos y sus opiniones políticas”. En consonancia con las recomendaciones de la CIDH, la Misión de Observación recalca que el Gobierno Nacional ha dado una respuesta al Paro Nacional en la lógica de la guerra, sin voluntad real de reconocimiento de los interlocutores ni disposición auténtica para negociar las exigencias populares, étnicas y comunitarias. El Partido de Gobierno, así como las élites económicas que lo soportan, han generado al país daños individuales y colectivos en la estructuración de discursos de odio, racistas y coloniales, causando un “trauma psicosocial colectivo en la sociedad colombiana”.

Como parte de los actores especialmente vulnerables, la Misión señala a los Pueblos Indígenas que han sido estigmatizados, reprimidos y asesinados de manera histórica y continuada por el Estado colombiano. Se resalta la impunidad de los crímenes de Estado y la gravedad del panorama a nivel de país que tiende a agravarse bajo el mantenimiento de la doctrina del “enemigo interno”. El 13 de julio de 2021 la Organización Indígena de Antioquia informó de un comunero gravemente herido por accidente con mina antipersonal en la comunidad Turriquitadó Alto, en el territorio del Resguardo Río Chageradó del Municipio de Murindó del Pueblo Emberá Eyábida, el cual se suma a la alerta que esta misma organización indígena habría elevado el 07 de julio de 2021 tras el fallecimiento de un hombre indígena y heridas de gravedad en una mujer tras la detonación accidental de un campo de minas antipersonales en el municipio de Dabeiba, en la comunidad de Amparradó Medio.

Desde el viernes 16 de julio hemos conocido nuevas denuncias por parte de organizaciones sociales, defensoras de derechos humanos y expresiones comunitarias que han sido objeto de hostigamiento, perfilamientos, amenazas de inmovilización y empadronamiento de vehículos que van en Caravana desde diversos territorios de Colombia hacia la ciudad de Cali para participar en la Segunda Asamblea Nacional Popular que se desarrolló entre el 17 y 20 de julio. Estas retenciones temporales de los buses, según lo manifestado por la policía, se enmarca en la expedición del Decreto 0734 del 14 de julio de 2021 “Por medio del cual se adoptan medidas transitorias para garantizar el orden público” y constituyen, ademas de un nuevo impedimento para el ejercico de la protesta y la manifestcaion, vulnera  los derechos de movilidad, libertad de expresión, reunión, asociación y participación.

Para los Pueblos Indígenas, la movilización y la protesta en Colombia son derechos necesarios y urgentes, tal como lo determinaron las organizaciones y comunidades indígenas reunidas en el X Congreso Nacional de los Pueblos Indígenas de la ONIC, ocurrido en la La Delfina, municipio de Buenaventura, Valle del Cauca, del 26 al 30 de junio de 2021. De su propio análisis de contexto se obtiene el riesgo de exterminio físico y cultural que afrontan los Pueblos Indígenas debido al conflicto armado, el recrudecimiento de la violencia en las zonas de conflicto, y factores subyacentes como el extractivismo, la discriminación, la marginación y el alto índice de pobreza en los territorios. Tampoco se ha avanzado en la implementación del Capítulo Étnico del Acuerdo Final Paz de La Habana, 2016. El Observatorio de Derechos Humanos de la ONIC reporta desde el 7 de agosto del 2018 hasta el 31 de marzo del 2020, cerca de 298 homicidios, 60 secuestros, 39 casos de reclutamiento forzado, 16.915 personas en desplazamiento forzado y 2.000 amenazas e intimidaciones, a más de la recurrente amenaza contra los territorios y los intentos de desconocer como un derecho fundamental la Consulta Previa y el Consentimiento Previo, Libre e Informado.

Derecho a la protesta y nuevas movilizaciones

Para el 20 julio, fecha conmemorativa de la independencia en Colombia, el Comité Nacional de Paro y otros sectores sociales convocaron a una gran movilización, retoma y/o fortalecimiento de las protestas. Desde el anuncio de nuevas jornadas de manifestaciones, los medios masivos de comunicación han incrementado el discurso estigmatizante contra los manifestantes, asegurando que se desarrollaran acciones que se consideran vandálicas, incluso se han efectuado diversos allanamientos y detención de jóvenes pertenecientes a la denominada Primera Línea, alegando haber encontrado en su poder cascos de industriales, máscaras antigás y escudos de fabricación artesanal.

Por su parte el Gobierno nacional anunció un proyecto de ley para criminalizar la protesta, y ha desplegado una estrategia mediática para calificar la protesta social como una gran conspiración de la “izquierda internacional” y un tema de terrorismo. En este contexto varios precandidatos al Congreso y Presidencia realizan acciones de campaña o posicionamiento político, proyectados hacia las elecciones que tendrán lugar en los meses de marzo y mayo del 2022.

De acuerdo a la ONG Temblores, el 20 de julio de 2021 se registraron 128 actos de violencia policial, de las que se destacan 40 agresiones físicas, 41 detenciones arbitrarias, 4 víctimas de agresión en sus ojos y 1 caso de violencia sexual, entre otros. Es decir, el gobierno colombiano no pretende retroceder en el tratamiento bélico hacia las y los manifestantes, vulnerando sus derechos a la vida, la integridad, la libertad y a la protesta pacífica. De conformidad con la Campaña Defender la Libertad, la cifra de denuncias va en aumento. Fueron registradas 50 detenciones arbitrarias y 17 casos de violencia en contra de personas defensoras de DDHH, uno de los cuales estaría basado en violencia de género.

La visibilización y denuncia de la situación de emergencia humanitaria y crisis de los Derechos Humanos no solo fue una consigna de la Misión durante los días de su visita, sino un compromiso constante de las organizaciones que, como Amazon Frontlines, trabajamos constantemente por la defensa de la vida y los territorios. Participamos activamente respaldando los legítimos reclamos frente a las causas estructurales de desigualdad que han impulsado a la movilización a las organizaciones indígenas que acompañamos en la región amazónica. Nos sumamos al llamado de implementación urgente de las medidas para desmantelar los grupos parapoliciales y paramilitares que hostigan a la población civil, especialmente a quienes ejercen su legítimo derecho a la protesta.

Instamos como parte de la comunidad internacional a seguir observando, vigilando y exigiendo del Estado Colombiano el respeto de los Derechos Humanos, la búsqueda urgente de las personas que siguen desaparecidas, sumandonos a la presión para el cumplimiento de las recomendaciones realizadas por la CIDH en su informe. Como parte de los compromisos de la Misión Internacional, aportamos para dar seguimiento de las acciones urgentes y avances en las recomendaciones realizadas mediante un Informe completo a entregar en agosto de 2021. Desde la Amazonía decimos:

¡A parar para avanzar, viva el Paro Nacional!

Lea la Parte I del análisis aquí.

Lea la Parte II del análisis aqui. 

Lea la Parte III del análisis aqui.

Escrito por:

Maria Espinosa & Laura Rojas Escobar

Abogadas del Equipo Legal de Amazon Frontlines


Una nueva escuela de liderazgo de mujeres indígenas en la Amazonía

“Cada mujer aquí es una lideresa”. Con estas palabras, la líder waorani Norma Nenquimo dio la bienvenida a treinta mujeres indígenas la semana pasada en el centro organizativo de la organización indígena Alianza Ceibo en el norte de la Amazonía ecuatoriana. Fue un momento histórico para la organización y las mujeres de las nacionalidades que la integran: se reunieron para celebrar el lanzamiento de su propia escuela de liderazgo, un sueño que se ha gestado durante muchos años. Una escuela diseñada por mujeres indígenas para mujeres indígenas.

Treinta mujeres indígenas líderes de doce comunidades de las nacionalidades A’i Cofán, Siona, Siekopai y Waorani son ahora parte de esta nueva escuela amazónica, que tiene como objetivo fortalecer sus habilidades de liderazgo y brindarles las herramientas, recursos y redes necesarias para apoyar sus soluciones y esfuerzos a la conservación de la selva tropical más importante de nuestro planeta en algunas de las comunidades más afectadas por la extracción de petróleo, la minería, la agricultura industrial y el COVID-19 en la Amazonía occidental. Desde ser pioneras en el diseño de emprendimientos comunitarias hasta iniciativas que buscan revitalizar la soberanía alimentaria y los sistemas de salud tradicionales, estas mujeres están construyendo un modelo innovador para fortalecer la autonomía de sus pueblos y defender sus tierras, culturas y formas de vida de las presiones de la colonización, extractivismo y cambio climático.

Como cuidadoras tradicionales del territorio y guardianas de conocimientos y habilidades ancestrales vitales, fortalecer el liderazgo comunitario de las mujeres es fundamental para proteger sus bosques y el clima. En toda la Amazonía, las mujeres no solo están arriesgando sus cuerpos para defender sus territorios ancestrales de amenazas extractivas como el petróleo y la minería y para luchar contra el racismo, la discriminación y la violencia sistemáticos: también están reimaginando el futuro de sus pueblos recurriendo a cientos de años de formas tradicionales de resiliencia comunitaria y gestión forestal. Mediante la creación de asociaciones y empresas comunitarias, estas mujeres brindan oportunidades vitales de sustento para sus familias, al mismo tiempo que protegen sus territorios y conocimientos culturales invaluables para las generaciones futuras.

“Esta escuela es muy importante, necesitamos empoderar nuestro liderazgo. Aunque somos de diferentes culturas, compartimos la misma visión”, declaró la líder Waorani y miembro del Directorio de la Alianza Ceibo, Ene (Norma) Nenquimo, durante el evento de lanzamiento. “Juntas somos más fuertes y juntas podemos romper las barreras para construir nuevos caminos hacia la autonomía y la resiliencia de nuestros pueblos. Queremos que esta escuela sea un espacio de aprendizaje, pero nuestra visión es también transferir el conocimiento que obtenemos a otras mujeres, para que ellas también puedan capacitarse y asumir roles de liderazgo en sus comunidades. Este es nuestro sueño”.

Durante los últimos seis años, las organizaciones Amazon Frontlines y la Alianza Ceibo han estado trabajando juntas para apoyar emprendimientos comunitarios y proyectos regenerativos lideradas por mujeres, que van desde la producción de un ají negro tradicional y chocolate orgánico hasta la creación de artesanías tales como accesorios y bisutería. A través de este proceso de acompañamiento y tutoría, se plantó la semilla de la escuela de liderazgo y luego se diseñó con la participación de niñas, mujeres y abuelas de las cuatro nacionalidades, cuyos territorios ancestrales se extienden a lo largo de más de 20 mil hectáreas de selva primaria. Paralelamente a la escuela de liderazgo, también está en marcha un nuevo programa para jóvenes comunicadoras indígenas que tiene como objetivo equiparlas con las herramientas y técnicas para compartir sus perspectivas, historias y experiencias con sus comunidades y el mundo, y fortalecer los procesos liderados por mujeres.

Mujeres A’I Cofán de las asociaciones de artesanos lideradas por mujeres: Shame’cco en Sinangoe (derecha) y Sukû en Dureno (izquierda)

Chocolate orgánico de las mujeres Waorani de AMWAE (izquierda); Las mujeres de Siekopai preparan una salsa de aji negro tradicional (derecha).

La escuela apoya directamente a las mujeres líderes de cinco asociaciones lideradas por mujeres indígenas:  

  •     Sukû, Asociación de artesanas A’i Cofán de Dureno
  •     Shame’cco, Asociación de artesanas A’i Cofán de Sinangoe
  •     Mujeres Multicolor (ASOPROASIENW), Asociación de Mujeres Siekopai de Wai’ya y San Pablo
  •     Romi Cuara Taye, Asociación de Mujeres Siona de Buenavista
  •     AMWAE, Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana

Además, la escuela también apoya a las mujeres jóvenes que aspiran a crear sus propias iniciativas. Durante el primer año, las mujeres participarán en talleres de desarrollo de capacidades, intercambios y habilidades compartidas en comunidades diseñadas para impartir conocimientos relevantes y holísticos de la empresa comunitaria, administración y oratoria, así como agroecología, prácticas culturales y medicina ancestral para fomentar intercambios en todas las iniciativas. El segundo año de la escuela se centrará en el acompañamiento práctico en la implementación de proyectos de resiliencia económica y planificación estratégica.

“A pesar de todas las dificultades que enfrentamos, seguimos luchando. Estoy muy feliz de estar conectada con otras mujeres a través de esta red. Compartir experiencias con otras mujeres me da mucha energía. Es hermoso saber que no estamos solas en nuestra lucha”, dijo Claudia Piaguaje, Presidenta de Romi Cuara Taye, una asociación de mujeres Siona del río Putumayo en la frontera entre Ecuador y Colombia y una de las cinco organizaciones lideradas por mujeres apoyadas por la escuela.

Mujeres Siona del río Putumayo en la frontera entre Ecuador y Colombia preparan panela como parte de su asociación y microempresa comunitaria liderada por mujeres

“La mujer tiene un papel fundamental en el fortalecimiento de la autonomía y resistencia de nuestro pueblo. Sus voces se han vuelto en las más importantes en nuestros procesos de defensa territorial”, dijo Alex Lucitante, un joven líder A’i Cofán y miembro de la Alianza Ceibo, quien se unió al evento de lanzamiento virtualmente desde su comunidad para felicitar a las mujeres. “Esta escuela proporciona una plataforma poderosa para compartir experiencias y fortalecer las redes en nuestras comunidades y naciones, y para inspirar nuevos procesos liderados por mujeres para la protección a largo plazo de nuestros territorios y culturas”.

Durante los próximos meses, compartiremos historias y entrevistas exclusivas con esta inspiradora red de mujeres de las nacionalidades A’i Cofan, Siona, Siekopai y Waorani. ¡Mira este espacio!


A New Indigenous Women’s Leadership School in the Amazon

“Every woman here is a leader”. With these words, Waorani leader Norma Nenquimo greeted thirty Indigenous women last week in the organizing hub of Indigenous organization Ceibo Alliance in the northern Ecuadorian Amazon. It was a historic moment for the organization and the women of the nations it comprises: they were gathered to celebrate the launch of their very own leadership school, a dream that has been in the making for many years. A school designed by Indigenous women for Indigenous women.

Thirty Indigenous women leaders from twelve communities of the Kofan, Siona, Siekopai and Waorani nations are now part of this new Amazonian school, which aims to fortify their leadership skills and provide them with the tools, resources and networks needed to support their solutions and conservation efforts in some of the communities hit hardest by oil extraction, mining, industrial agriculture, and COVID-19 in the Western Amazon. From pioneering the design of community-based enterprises to revitalizing food sovereignty and traditional health systems, these women are building an innovative model to strengthen the autonomy of their peoples, and to defend their lands, cultures and ways of life from the pressures of colonization, extractivism and climate change.

As the traditional caretakers of the land and the custodians of vital ancestral knowledge and skills, strengthening effective community-based women’s leadership is crucial to protecting their critical forests and the climate. Across the Amazon, women are not only putting their bodies on the line to defend their ancestral territories from extractive threats like oil and mining and to fight against systematic racism, discrimination and violence: they are also reimagining the future for their peoples by drawing upon hundreds of years of traditional forms of community resilience and forest stewardship. Through the creation of community-based associations and enterprises, these women are providing vital livelihood opportunities for their families, all the while safeguarding their territories and invaluable cultural knowledge for future generations.

“This school is very important, it’s about empowering our leadership. Although we come from different cultures, we share one vision” declared Waorani leader and member of Ceibo Alliance’s Leadership Council, Ene (Norma) Nenquimo, during the launch event. “Together, we are stronger, and together, we can break through the barriers to build new paths forward for the autonomy and resilience of our peoples. We want this school to be a space for learning but our vision is to also transfer the knowledge we gain to other women, so that they too can be inspired to take on leadership roles in their communities. This is our dream in motion”.

For the past six years, Amazon Frontlines and Ceibo Alliance have been working together to support women-led and community-based enterprises and regenerative projects, which range from the production of a traditional black chili pepper sauce and organic chocolate to the creation of artesanía such as accessories and jewelry. Through this process of accompaniment and mentoring, the seed for the leadership school was planted and then designed with the participation of girls, women and grandmothers from the four nations, whose ancestral homelands stretch across more than five million acres of primary rainforest. In parallel to the leadership school, a new program for young Indigenous women storytellers is also underway and aims to equip budding women filmmakers, photographers and journalists with the tools and techniques to share their perspectives, stories and experiences with their communities and the world, and to strengthen women-led processes.

Kofan women from the women-led artisan associations of Shame’cco in Sinangoe (right) and Sukû in Dureno (left)

Organic chocolate by the Waorani women of AMWAE (left); Siekopai women prepare their signature black chili sauce (right).

The school directly supports the women leaders from five Indigenous women-led associations:  

  •     Sukû, Kofan Women’s Artisan Association of Dureno
  •     Shame’cco, Kofan Women’s Artisan Association of Sinangoe
  •     Mujeres Multicolor (ASOPROASIENW), Siekopai Women’s Association of Wai’ya and San Pablo
  •     Romi Cuara Taye, Siona Women’s Association of Buenavista
  •     AMWAE, Waorani Women’s Association of the Ecuadorian Amazon

In addition, the school also supports young women who aspire to create their own initiatives. During the first year, women will participate in capacity building workshops, exchanges and skill-shares in communities designed in order to impart relevant, holistic knowledge from community enterprise, administration, and public speaking, as well as agroecology, cultural practices and ancestral medicine in order to foster cross-pollination across initiatives. The second year of the school will focus on hands-on accompaniment in the implementation of economic resilience projects and strategic planning.

“Despite all the difficulties we face, we continue to fight. It can be hard to work by ourselves, so I am very happy to be connected with other women through this network. Sharing experiences with other women gives me a lot of energy. It is beautiful to know that we are not alone in our struggle”, said Claudia Piaguaje, the President of Romi Cuara Taye, a Siona women’s association from the Putumayo River on the Ecuador-Colombia border and one of the five women-led organizations supported by the school. 

“Women have a fundamental role in the strengthening of our people’s autonomy and resistance. Their voices have become the most important in our territorial defense processes”, said Alex Lucitante, a young Kofan leader and member of The Ceibo Alliance, as he joined the launch event virtually from his community in order to congratulate the women. “This school provides a powerful platform to share experiences and strengthen networks across our communities and nations, and to inspire new women-led processes for the long-term protection of our territories and cultures”.

Over the coming months, we will share exclusive stories and interviews with this inspiring network of women from the Kofan, Siona, Siekopai and Waorani nations. Watch this space!


Una nueva generación de mujeres comunicadoras indígenas en la Amazonía

En la Amazonía, como en muy pocos lugares en el mundo, podemos encontrar mitos y canciones ancestrales compartidos por los ancianos indígenas alrededor de una fogata al amanecer, mientras sus nietos, los millennials indígenas, inmortalizan sus historias con fotografías, videos cámaras y grabadoras de voz. . Este es el siglo XXI de la comunicación indígena en la Amazonía, donde una nueva generación se está apoderando de los medios digitales para salvaguardar cientos de años de memoria, historia y conocimiento para las generaciones futuras, y para compartir las luchas urgentes de su gente con el mundo exterior.

Ahora, un nuevo colectivo de comunicadoras indígenas se está uniendo  por primera vez en la historia de sus pueblos en la Amazonía ecuatoriana y colombiana. Son diecisiete mujeres jóvenes de los pueblos A’i Cofán, Siona, Siekopai y Waorani. Juntas, han asumido el desafío de convertirse en las primeras mujeres cineastas, fotógrafas y periodistas de sus nacionalidades.

El mes pasado, estas mujeres se reunieron para un retiro de cinco días que marcó la inauguración oficial de una nueva escuela amazónica de comunicación para mujeres indígenas, lanzada en alianza con nuestra organización hermana, Alianza Ceibo, como continuación de nuestro trabajo de capacitación y tutoría de un primer grupo de comunicadores indígenas durante los últimos cinco años. Esta nueva escuela tiene como objetivo equipar a las jóvenes indígenas con las herramientas y técnicas para compartir sus perspectivas, historias, sabiduría y experiencias con sus comunidades y el mundo.

Levantar las voces y las historias de las mujeres es fundamental para fortalecer el liderazgo y las luchas de las mujeres indígenas en la Amazonía. Las mujeres indígenas siempre han desempeñado un papel fundamental en los movimientos de resistencia de sus pueblos, sin embargo, sus voces y perspectivas han sido históricamente invisibilizadas y continúan viéndose desproporcionadamente afectadas por la violencia, el racismo y la discriminación. En esta lucha, la comunicación se convierte en un arma poderosa para formar su propia narrativa y acompañar las luchas de sus nacionalidades por la supervivencia en la selva tropical más importante de nuestro mundo.

En esta Crónica, presentamos la poderosa serie de fotografías que crearon las comunicadoras de la Alianza Ceibo durante este primer taller. Para iniciar el proceso creativo, las mujeres empezaron aprendiendo conceptos técnicos como encuadre, planos focales y las propiedades expresivas de la luz. Para poner en práctica lo aprendido, crearon una serie de retratos antes de desarrollar conmovedoras series de fotografías que exploran la espiritualidad y las consecuencias de la evangelización, el colonialismo y el extractivismo en sus territorios ancestrales.

La evangelización y la mujer

“La historia que nosotros hacemos es sobre el tema de la evangelización, eso pasó en todas las nacionalidades. A nuestro territorio vino primerito la evangelización y desde ahí nació la creación de escuelas en donde nosotros nos formamos y aprendimos la postura del mundo occidental. Esta es la historia de un personaje llamado Ana, que fue obligada a ir a la escuela de la misión. Sus padres le mandaron porque se sentían obligados, sin darse cuenta que pronto Ana iba a ser abusada sexualmente por los curas. Al enterarse sus padres la encierran en su casa. Y ya no mandaron a la escuela. Ella se había llenado de valor, pero al verse encerrada se veía como un animal enjaulado y acude con sus oraciones a los espíritus de la selva. Una noche escuchó la voz de la mujer espíritu de la cascada, que le dijo: «Sal. Anda, camina. Eres como una mariposa llena de colores alegres y sueños imparables. Puedes enseñar a otras mujeres lo valiosas que somos. Ana marchó lejos y con el tiempo se convirtió en una voz fuerte, y líder que junto a otras mujeres soñadoras luchan por su libertad y ahora nadie más será abusada. Nosotros escogimos este tema porque las mujeres fuimos atrapadas, humilladas, sin progresar, por eso el personaje es una mujer maltratada”.

Una serie creado por Beatriz Nawe, Tania Amwae, Tamara Alvarado, Daris Payaguaje.

Fortaleza Espiritual

“Durante el tiempo de colonización hubieron muchos cambios en los territorios indígenas, la comunidad Siona de Putumayo ubicada en la frontera de Ecuador y Colombia está siendo afectada por la petrolera. Nuestra fotohistoria habla de la contaminación, sobre cómo las empresas han afectado a nuestro resguardo y lo que nosotros hacemos para enfrentar eso. Queremos presentar fotografías turbias que muestran cómo se pone nuestro resguardo cuando se presenta este tipo de cosas, que contaminan y destruyen el monte. Dentro de la cultura Siona (Ziobain) encontramos que la espiritualidad es muy importante. Nosotros manejamos nuestra medicina espiritual, guiados por nuestros mayores, por eso en nuestra historia queremos mostrar que nos mantiene fuertes y nos ayuda a conectarnos con la naturaleza y los espíritus para lograr un mejor camino”.

Una serie creado por Mildrey Paz, Brigitte Piaguaje, Andrea Ríos, Jennifer Yurani. 

El derrame de petróleo

“Nuestra historia se trata del daño que sufrimos cuando existen situaciones como un derrame, cómo eso nos afecta y hace que nos enfermemos. Queríamos dar la sensación de que algo está mal y como era de día utilizamos un papel negro con un hueco para transmitir ese sentimiento en nuestras fotos. En el final el agua vuelve a estar limpia gracias a nuestra propia lucha”.

Una serie creado por Milena Piaguaje, Elena Yiyoguaje, Josefina Pauchi, Melania Lusitande.

Invasores

“Nosotras hicimos la historia Invasores porque entre nosotros en las nacionalidades ocurre eso, vienen los colonos, entran en nuestro territorio sin permiso, entran como si fuera de ellos, como si no le importara lo que tenemos nosotros dentro de la comunidad, por eso en mi grupo decidimos hacer una fotohistoria sobre eso. Nos imaginamos un personaje que se llama Ñumi, que vive en su territorio y tiene 35 años. Ella está felizmente trabajando en sus sembríos, pero se da cuenta de que han llegado personas de afuera para invadir su terreno. Ella no sabe qué hacer con los invasores y reaccionó fuertemente. Los enfrentó y logró desalojarlos”.

Una serie creado por Judy Payaguaje, Aneth Lusitande, Magdalena Quenamá, Morelia Mendua.

Watch this space for more stories from the Indigenous Youth Storytellers in the coming months, from stop motion animation, collaborative video, and broadcasting & social media.


The next generation of Indigenous Women Storytellers in the Amazon

There are few places in the world where will you find age-old myths and songs being shared by Indigenous elders around a fire at dawn, all the while Indigenous millennials immortalize their stories with photography, video cameras, and voice recorders. The Amazon is one of those places. This is the twenty-first century of Indigenous storytelling in our world’s largest rainforest, where a new generation is taking hold of digital media to safeguard hundreds of years of memory, history and knowledge for future generations – and to share their people’s urgent struggles with the outside world.

A new collective of Indigenous women storytellers is now coming together for the first time in their people’s history in the Ecuadorian and Colombian Amazon. They are seventeen young women from the Kofan, Siona, Siekopai and Waorani peoples. Together, they have taken on the challenge to become the first women filmmakers, photographers, and journalists of their nations.

Last month, these women gathered for a five-day retreat marking the official inauguration of a new Amazonian school for Indigenous women, launched in partnership with our sister organization, Ceibo Alliance, as a continuation of our work training and mentoring a first group of Indigenous youth storytellers over the past five years. This new school aims to equip young Indigenous women with the tools and techniques to share their perspectives, stories, wisdom, and experiences with their communities and the world.

Lifting up women’s voices and stories is critical to strengthening Indigenous women’s leadership and struggles in the Amazon. Indigenous women have always played a critical role in their people’s resistance movements and yet their voices and perspectives have been historically less visible, and they continue to be disproportionately affected by violence, racism, and discrimination. In this fight, storytelling becomes a powerful weapon to shape their own narrative and advance their people’s struggles for survival in our world’s most important rainforest.

In this Chronicle, we present the powerful photo series created by the women storytellers of the Ceibo Alliance during their first retreat. To begin the creative process, the women started by learning technical concepts such as framing, focal planes, and the expressive properties of light. To put what they learned into practice, they created a series of portraits before developing the following series exploring spirituality, and the consequences of evangelization, colonization, and extractivism in their ancestral territories.

Evangelization and Women

“Our story is about the evangelization of the Amazon. It’s part of our shared history as Indigenous nations. First, the missionaries arrived to our territories. They then built schools, and that is where we learned about the ways of the Western world. This is the story of a character named Ana, who was forced to go to the missionary school. Her parents sent her because they felt compelled. Little did they know that Ana would be sexually abused by the priests. When her parents eventually find out, they lock her up at home and decide to no longer send her to school. Ana had a lot of courage, but after being locked up, she became like a caged animal. So she began to pray to the spirits of the jungle. One night, she heard the voice of the spirit woman of the waterfall: “Come out and walk, Ana. You are a butterfly full of happy colors and unstoppable dreams. You can teach other women how valuable they are.” Ana went away and over time she became a leader with a strong voice. Together, with other women, she fought for freedom. We chose this theme because evangelization trapped and humiliated women in our communities, and it stalled progression. That is why the character is an abused woman.”

A series created by Beatriz Nawe, Tania Amwae, Tamara Alvarado, Daris Payaguaje.

Spiritual Strength

“Colonization brought many changes to Indigenous territories. The Siona community of Putumayo, located on the Ecuador-Colombia border, is affected by the presence of oil companies. Our photo-essay talks about contamination and the impacts of extractive companies on our territories, and how we’re fighting back. We wanted to create photographs with a sense of disturbance to show how our home is impacted by these activities that contaminate and destroy the forest. Spirituality is very important in our culture as Siona (ZioBain) people. We work with our spiritual medicine under the guidance of our elders; it keeps us strong and connects us with nature and the spirits in order to forge a better path forward”.

A series created by Mildrey Paz, Brigitte Piaguaje, Yuri Goyeneche, Jennifer Yurani.

The Oil Spill

“Our story is about the damages we suffer when disasters like an oil spill happen in our territories. It affects us and makes us sick. We wanted to convey the feeling that something is wrong, so we used black paper as a filter to create darkness since these photographs were taken during the daytime. Ultimately, our series shows that the water becomes clean again and it is thanks to our struggle.”

A series created by Milena Piaguaje, Elena Yiyoguaje, Josefina Pauchi, Melania Lusitande.

Invaders

“Our story is about the invasion of our Indigenous territories. It’s a threat that all our Indigenous nations face. The settlers enter our territory without our permission, they act as if it were theirs and as if our communities didn’t matter. We imagined a character called Ñumi, a 35-year-old woman who lives in her territory. She works to cultivate her chacra (food gardens), but then she realizes that outsiders are invading her land. At first, she doesn’t know what to do and she reacts strongly. She then confronts them and successfully evicts them.”

A series created by Judy Payaguaje, Aneth Lusitande, Magdalena Quenamá, Morelia Mendua. 

Watch this space for more stories from the Indigenous Youth Storytellers in the coming months, from stop motion animation, collaborative video, and broadcasting & social media.


International Observation Mission towards Guarantees to Social Protest & Against Impunity travels to Colombia

For Immediate Release.

July 2nd, 2021 – An international mission made up of forty human rights experts and leaders from eleven countries (Argentina, Mexico, Canada, the United States, Chile, Ecuador, Guatemala, Spain, Germany and Belgium) will travel to Colombia from July 3rd to July 12th to receive first-hand testimonies from the victims of violence, abuses and police repression in Colombia’s protests. The mission aims to identify the contexts in which these events have occurred, as well as verify and monitor the impacts and status of investigations into 7,704 aggressions documented by human rights and social organizations over the past fifty-five days of social mobilization.

The international observation mission seeks to identify extrajudicial and judicial mechanisms that have led to legal and social impunity before and after actions of repression by the Colombia government during the protests, and investigate how and why law enforcement agents are evading accountability for their actions during the national strike.

This visit has been organized by social organizations and human rights organizations in Colombia as a result of the grave human rights violations committed by security forces against peaceful demonstrators following the State’s decision to violently repress protests.

The international observation mission is also part of an international call for solidarity considering the lack of guarantees for the free exercise of the right to protest and the violent repression by the State. The militarized response to the protests in Colombia, provided for by Decree 575, issued on 28 May, is in breach of Colombia’s international human rights obligations. Actions of repression and containment carried out by the police force, its special force ESMAD (mobile riot police units) and the military, have led to the militarization of demonstration sites in cities and the paramilitarization of police operations. President Duque and other high-ranking officials have also continued to promote hate speech and stigmatization against protestors, and announced new reforms to further limit protests, such as Decree 003, which sanctions the obstruction of public roads.

The international observation mission will visit key locations of resistance; meet with government and police entities in Antioquia, Bogotá and Cundinamarca, Valle, Nariño, Atlántico, Bolívar, Cauca, Risaralda, Quindío, Caldas and Santander; and dialogue with national authorities about the institutional response to date.

Following its visit, the mission will present a report with conclusions and recommendations on the guarantee of the right to protest and against impunity in Colombia, as well as create a permanent monitoring mechanism. The international observation mission’s report will serve as critical input for advocacy actions before the governments of the countries that are members of the mission and who are in favor of guarantees for the right to protest and against impunity in the context of Colombia’s national strike.

The international observation mission has been organized by the following Committee: Campaña Defender la Libertad un Asunto de Todas; Centro de Investigación y Educación Popular, CINEP; Comisión Intereclesial de Justicia y Paz; Fundación Comité de Solidaridad con presos Políticos, CSPP; Fundación Forjando Futuros; instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, INDEPAZ; Corporación Jurídica Libertad, CJL; Plataformas de DDHH: Alianza de organizaciones Sociales y Afines; Coordinación Colombia Europa Estados Unidos, CCEEU; Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, PCDHD.

 

 

Photo: Colombia’s Mobile Anti-Disturbances Squadron (ESMAD) opens fire on protestors at close range. Photo Courtesy Regional Indigenous Council of Cauca (CRIC)


Violaciones de derechos humanos tras dos meses del Paro Nacional en Colombia

  • Desde el inicio del paro nacional en Colombia, organizaciones sociales y de derechos humanos en Colombia habrían registrado 83 homicidios en personas civiles, 27 de los cuales son presuntamente atribuibles a agentes estatales
  • 47 agresiones específicas contra comunidades indígenas se habrían registrado en el marco del Paro Nacional, que van desde señalamientos, amenazas, hostigamientos, confrontación, constreñimiento, desaparición forzada y asesinatos
  • Una Misión de Observación Internacional por Garantías a la Protesta Social y Contra la Impunidad se llevará a cabo entre el 3 y el 12 de julio de 2021 en la que junto a delegados de 8 países y prensa internacional, realizaremos acciones de verificación y acopio de información de las graves violaciones ocurridas durante estos dos meses de Paro

 

30 de Junio, 2021 – El Paro en Colombia cumplió 2 meses de movilizaciones ciudadanas y aunque el contexto de los bloqueos, puntos de concentración y resistencia ha variado a partir de negociaciones que de manera directa realizan los Comités Departamentales y de una diversificación de estrategias de unidad y movilización; la juventud que conforma mayoritariamente la “Primera Línea” se mantiene en diversas ciudades, y de manera más sostenida en Bogotá y Cali; por su parte en los territorios las comunidades y organizaciones sociales e indígenas  avanzan en procesos de diálogo, concertación y/o exigibilidad, todos ellos/ellas con una bandera de lucha común: tener oportunidades y acceder a derechos en un país con cifras alarmantes de desigualdad, discrimnacion y pobreza.

De acuerdo con el Departamento Administrativo Nacional de Estadística, en 2020 la población colombiana en situación de pobreza alcanzó el 42,5%, con un ingreso mensual per cápita de $331.688 COP (equivalentes a $89,6 USD); mientras que la población en situación pobreza extrema alcanzó el 15,1%, con ingresos mensuales per cápita que no superan los $145.004 COP (equivalentes a $39 USD). Adicionalmente, otro 30% de la población está en situación de vulnerabilidad económica, con grave riesgo de descender por debajo del umbral de pobreza frente a la crisis. A pesar de la grave situación, el Estado incumplió nuevamente sus obligaciones de atención y garantía de los derechos humanos con la población más vulnerable, al no proporcionar una renta básica que permita sobrellevar las medidas restrictivas de confinamiento para evitar la propagación de la COVID-19, adoptadas en 2020.

VIOLENCIA Y REPRESIÓN ESTATAL

Como se ha informado en las dos entregas anteriores (Parte I & Parte II), y documentado en extenso a través de redes sociales -a pesar de la censura-, la Fuerza Pública ha reprimido violentamente las protestas, dejando un saldo de ataques indiscriminados contra la población civil que incluye asesinatos, mutilaciones oculares, lesiones de todo tipo, agresiones con armas de largo alcance y violencia sexual; asi como un incremento significativo de discursos de estigmatización contra quienes ejercen su derecho a protestar y contra quienes defienden derechos humanos, proveniente de personas que ostentan posiciones de relevancia publica.

A partir del último reporte de la Campaña Defender la Libertad un Asunto de Todas, con corte al 22 de junio se habrían registrado 83 homicidios en personas civiles, 27 de los cuales son presuntamente atribuibles a agentes estatales; 1.677 personas heridas por parte de la Policía Nacional, el ESMAD y civiles armados actuando con la aquiescencia y tolerancia de agentes de policía de las cuales 80 presentan lesiones oculares y 114 heridas con arma de fuego. Se reportan 106 personas víctimas de violencias basadas en género por parte de la Policía Nacional y de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, 23 casos serían de violencia sexual. 84 personas siguen desaparecidas según cifras de la Fiscalía General de la Nación, persistiendo además abusos de poder, allanamientos declarados ilegales, detenciones arbitrarias, generalizadas, con sometimiento a tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes frentre a a las más de 3.203 personas detenidas con ocasión del ejercicio legítimo de su derecho a la protesta social.

MISIÓN S.O.S. COLOMBIA

Ante el 47° Período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que se está realizando desde el 21 de junio hasta el 13 de julio, la Alta Comisionada de ONU, Michelle Bachelet, informó de graves retrocesos a los derechos humanos en el mundo, derivado de la precaria respuesta a la crisis ocasionada por la pandemia. De manera específica, llamó la atención de situaciones preocupantes respecto de Colombia por los abusos de las fuerzas de seguridad y los niveles de impunidad al respecto en el contexto de las movilizaciones sociales. Instó particularmente sobre la necesidad de adelantar investigaciones rápidas, efectivas e independientes, recalcando la necesidad de rendir cuentas frente a la responsabilidad del Estado, para que, junto con un compromiso real de aplicación y cumplimiento a los Acuerdos de Paz, pueda contribuir a aumentar la confianza pública en las autoridades, enmarcado en un proceso de justicia transicional que aborde las causas estructurales de la violencia política que vive el país y que ha alimentado el conflicto armado interno en los últimos 60 años.

Ante una intensa campaña promovida por la sociedad civil y la comunidad internacional, la Comisión Interamericana de Derecho Humanos visitó el país entre el 8 y el 10 de junio para observar la situación de derechos humanos en el marco de las protestas, recibir testimonios, denuncias y comunicaciones principalmente de las víctimas y sus familias. La delegación estuvo conformada por la Presidenta de la CIDH y relatora para Colombia, comisionada Antonia Urrejola; y los comisionados Joel Hernández y Stuardo Ralón, con apoyo de la secretaria ejecutiva, Tania Reneaum; la secretaria adjunta de Monitoreo, Cooperación Técnica y Capacitación, María Claudia Pulido; el relator especial para la Libertad de Expresión, Pedro Vaca, y personas integrantes de sus equipos técnicos. Promoviendo el diálogo como salida democrática a la crisis social que dieron origen a las protestas y mantienen las movilizaciones del paro nacional, la CIDH tiene el reto de elaborar recomendaciones al Estado a partir de los hechos documentados, brindando observaciones generales sobre la visita.

A pesar de que se esperaba una disminución de los hechos de violencia como consecuencia de la visita internacional, entre el 18 y el 21 de junio fueron hallados 5 cuerpos descuartizados en varias regiones del país de jóvenes que habían participado de las protestas, algunos de ellos conformando la primera línea: se trata de Santiago Ochoa, de 23 años en Tuluá (Valle del Cauca), Kevin García de 16 años en La Virginia (Risaralda), Hernán Ramírez de 25 años en Tuluá (Valle del Cauca), y 2 personas más sin identificar en Bello (Antioquia). Estos hechos, además de evidenciar una grave situación de violaciones a los derechos humanos y una incapacidad absoluta del Estado de investigar con debida diligencia para sancionar a los responsables, pretende desestimular las acciones de protesta,  generar terror y afectar de manera colectiva, a la sociedad civil movilizada.

ATENCIÓN URGENTE A LA SITUACIÓN DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS

Por su parte, la Comisión Nacional de Territorios Indígenas -CNTI en conjunto con la Asociación de Cabildos Indígenas del Pueblo Siona del Putumayo – ACIPS presentó ante la CIDH un informe sobre las afectaciones diferenciales para los pueblos y comunidades indígenas desde un enfoque territorial. Se ratificaron como razones de apoyo al Paro nacional las iniciativas, tanto administrativas como legislativas, que vulneran los derechos al consentimiento y consulta previa, libre e informada en el marco de contextos extractivos y agroforestales dentro de los territorios ancestrales propuestas por el Gobierno del Presidente Iván Duque. Adicionalmente, el aumento progresivo de los homicidios en contra de personas indígenas como consecuencia de los incumplimientos de los Acuerdos de Paz; las dilaciones en la implementación de mecanismos de ordenamiento social de la propiedad rural en favor de comunidades originarias, la inminente reanudación de las aspersiones aéreas con glifosato y el incumplimiento a la política pública de reparación a las víctimas colectivas del conflicto armado y a la restitución de derechos territoriales de los pueblos indígenas, motivan a continuar con las Mingas de Resistencia desde los territorios.

De acuerdo con el Sistema de Monitoreo de la Organización Nacional Indígena de Colombia -ONIC citado en el informe, desde mayo de 2021 se ha registrado una gran Minga Indígena Nacional con 3 asambleas permanentes, 28 movilizaciones y 22 puntos de resistencia en todo el país, con actividades culturales y espirituales, tanto al interior de los territorios como movilizaciones pacíficas en las ciudades y cabeceras municipales.

Desde el 9 de junio, fecha de nuestra última entrada de análisis en esta plataforma, organizaciones indígenas del nivel territorial, entre ellas el Consejo Regional Indigena del Cauca y la Organización Indigena de Antioquia han denunciado varios hechos victimizantes contra personas de Pueblos Indígenas, liderazgos comunitarios y personas defensoras de los Derechos Humanos. Entre los hechos se destacan las amenazas proferidas por la estructura paramilitar denominada “Bloque Sur Occidental de las Águilas Negras”; el asesinato de una mujer indigena Embera y su hija, y la mutilación de extremidad inferior de un guardia indigena por accidente con mina antipersonal.

AMENAZAS Y ESTIGMATIZACIÓN CONTRA DEFENSORES INDÍGENAS

Hasta el  10 de junio de 2021, se habrían registrado 47 agresiones específicas contra comunidades indígenas en el marco del Paro Nacional, que van desde señalamientos, amenazas, hostigamientos, confrontación, constreñimiento, desaparición forzada y asesinatos, los cuales hacen parte de ataques estructurales y racistas. El Departamento del Valle del Cauca es el lugar donde más afectaciones se han registrado, incluso con lesiones producidas con armas de fuego.

Adicionalmente, se denuncia que aprovechando la coyuntura del Paro Nacional y la movilización de los dirigentes indígenas a los puntos de concentración y resistencia, la Fuerza Pública ha ingresado de manera arbitraria, sin autorización y de mala fe a los territorios indígenas ocasionando daños a los bienes comunitarios, y realizando sin haber garantizado el derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada procesos de erradicación forzada de cultivos de uso ilícito con personal militar.

Los discursos de odio en contra de las Guardias Indígenas y los Pueblos ancestrales sigue siendo una constante en el País. El 2 de junio la ACIPS denunció que un funcionario de la Gobernación del Putumayo estaría llamando “secuestradores” y generando estigma en contra de  los dirigentes indígenas responsables de un punto de resistencia por realizar bloqueos controlados y pacíficos sobre las vías del departamento. De igual forma, el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez, jefe del Partido de Gobierno, a través de su twitter personal y con información falsa, invitó a respaldar a la Fuerza Pública  para evitar la “defensa privada armada”. En el trino publica una fotografía de un vehículo portando la bandera del Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC, y relaciona a la organización con “grupo terrorista ELN” en Jamundí, Valle”.

Lejos de tener una voluntad real orientada al diálogo social para resolver la crisis, el Gobierno Nacional es hostil ante esta posibilidad. Muestra de ello es que, mientras se está desarrollando una mesa de negociación, el Ministro del Interior anunció el pasado 18 de junio una modificación al Decreto 003/2021 mediante el cual se pretendió la regulación -cada vez más limitada- de las circunstancias que constituyen manifestación pacífica y, aquellas que justifican la intervención policial por obstaculizar vías e infraestructura de transporte acciones que ya fueron tipificadas como delito en 2011, en la cuestionada Ley de seguridad ciudadana (Ley 1453 de 2011) siempre y cuando se realice por medios ilícitos.

Varias organizaciones sociales de Colombia alertaron que la regulación y limitación del derecho a la protesta pacífica debe tramitarse mediante una ley estatutaria (ver sentencia C-227 de 2017), por tratarse de derechos fundamentales. No obstante lo anterior, el Gobierno Nacional mediante un decreto administrativo tomó la decisión de modificación normativa sin concertar con los delegatarios de la mesa de negociación del Paro Nacional, y sin garantizar el derecho a la consulta previa, libre e informada con pueblos étnicos que se ven afectados por la limitación de su derecho a la protesta social. De nuevo, esta situación es una muestra más de la mala fe e incumplimiento de los estándares y garantías democráticas de protección de los derechos humanos por parte del Gobierno Nacional.

Como organización internacional de derechos humanos, seguimos comprometidos en la  denuncia de las graves violaciones a los derechos humanos y colectivos en los que incurre el Estado colombiano y, que de manera particular, en el contexto actual del Paro Nacional, de todas los hechos que por acción u omisión, atentan contra el derecho a la movilización social, base del ejercicio democratico y plural. Haciendo eco al llamado de la sociedad civil colombiana que ha pedido apoyo para la visibilización y acompañamiento a las comunidades, sectores sociales y pueblos indígenas movilizados, vigilando las obligaciones del Estado Colombiano frente a la garantía de los derechos humanos y deberes especiales de preservación de la vida, integridad y territorios entre el 03-11 de julio de 2021, participaremos de la Misión de Observación Internacional por Garantías a la Protesta Social y Contra la Impunidad en Colombia en la que junto a delegados de 8 países y prensa internacional realizaremos acciones de verificación y acopio de información de las graves violaciones ocurridas durante estos dos meses de Paro.

Seguimos defendiendo la vida y exigiendo en todos los escenarios posibles – legales, de incidencia y denuncia – el respeto por los derechos humanos, la urgencia de respuestas frente a los graves hechos de violencia que promueven el racismo estructural y la desigualdad, así como el cumplimiento urgente a los Acuerdos de Paz. Desde la Amazonía decimos:

 

¡A parar para avanzar, viva el Paro Nacional!

Lea la Parte I del análisis aquí.

Lea la Parte II del análisis aqui. 

Escrito por:

Maria Espinosa & Laura Rojas Escobar

Abogadas del Equipo Legal de Amazon Frontlines


Nuevo informe de la Alianza por los Derechos Humanos expone crecientes amenazas contra defensores de derechos humanos en Ecuador

La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos en Ecuador presentó el informe: “Situación de personas defensoras de derechos humanos, colectivos y de la naturaleza en Ecuador: Retos y desafíos en la construcción de sistemas integrales y diferenciados para su protección”.  Este documento fue entregado a las autoridades del Ejecutivo, de la Asamblea Nacional y de la Defensoría del Pueblo por parte de las defensoras Josefina Tunki, Gabriela Fraga, Carlos Jipa, Elizabeth Durazno y María Espinosa, cuyos casos están incluidos en el reporte. De igual forma, la ciudadanía tendrá libre acceso al mismo.

El informe identifica  patrones de vulneración de derechos de las personas defensoras y llama a las autoridades a tomar acciones concretas de prevención, protección, reparación y no repetición de los casos registrados o de situaciones similares. Así, este reporte  también es un insumo que aporta a la construcción de la política que busca garantizar la labor de defensoras y defensores de derechos humanos y de la naturaleza, desarrollada desde 2019, por la Mesa interinstitucional presidida por por la Defensoría del Pueblo de Ecuador.

El Estado debe implementar  mejores prácticas para cumplir con los deberes de respeto y garantía de derechos, tal como señalan el artículo 3 de la Constitución del Ecuador y el artículo 9 del Acuerdo de Escazú. Este tratado internacional incluye la primera disposición vinculante del mundo sobre personas defensoras de los derechos humanos en asuntos ambientales.

En este sentido, el informe también hace un llamado a la Asamblea Nacional y al Ejecutivo a evaluar políticas y proyectos que han sido denunciados por ser restrictivos de derechos, como los proyectos de Ley sobre el Uso Progresivo, Racional y Diferenciado de la Fuerza o aquellos que pretenden regular el derecho a la consulta y consentimiento previo, libre e informado sin la participación de las estructuras organizativas de los pueblos y nacionalidades.

El reporte es producto del trabajo colectivo de las 18 organizaciones que conforman la Alianza y dos más que aportaron en su desarrollo . Además, se construyó sobre la base de 22 casos, visibilizando la situación de 449 personas defensoras amenazadas,  hostigadas y perseguidas sistemáticamente,e incluso se registran 3 asesinatos impunes.

Una de las preocupaciones más relevantes de las organizaciones es la participación o complicidad del Estado con las empresas que violan derechos. Asimismo, y que la mayoría de casos están localizados en zonas distantes geográficamente y marginadas por el Estado. Esto revela que, adicional a las amenazas sistemáticas a su integridad, la vida de las personas defensoras está siendo vulnerada por otras entidades estatales.

A la entrega de este reporte, también incluímos la “Declaración  en  Defensa  de  los  Derechos  Humanos  de  las  ecuatorianas  y  ecuatorianos, de los pueblos, nacionalidades y de la naturaleza”, documento publicado el 25 de mayo del 2021. Esta Declaración se compone de 10 tesis, en la cual se resalta  la  defensa  a  derechos  fundamentales  como:  salud,  educación, discriminación, violencia de género, trabajo digno y remunerado, el derecho a vivir en un ambiente sano, entre otros.

Hacemos un llamado a la ciudadanía a observar con empatía las acciones y protecciones en el rol de las y los defensores, quienes luchan en medio de entornos hostiles por defender los territorios en los que habitan y de los que dependemos también quienes vivimos en contextos urbanos. Es importante que las voces y las miradas de la sociedad civil se unan también a esta exigencia para que el  Estado preste todas las garantías necesarias para que las personas defensoras puedan desarrollar su labor en contextos seguros. Instamos a la construcción de una cultura de paz, de respeto, de protección y de garantía de derechos humanos, donde todas y todos podamos realizar nuestro proyecto de vida en armonía con la naturaleza.

Intervenciones: 

Josefina Tunki – Presidenta del Pueblo Shuar Arutam (PSHA)

“Nuestra organización hoy enfrenta una gran persecución que no termina. Esto es peligroso no solo por la contaminación generada por las actividades mineras en nuestro territorio, sino por la división de las familias producida por las empresas. El 06 de diciembre, recibí una grave amenaza de parte del vicepresidente de operaciones de Solaris, Federico Velásquez. Esta empresa Solaris es concesionaria y se adueñó de 26 bloques de terreno del centro Warints. Él me dijo que si seguimos con denuncias nacionales e internacionales degollará una de nuestras cabezas. El día 02 de junio, a las 19h30, mi persona y el conductor del PSHA miramos como un drone se acercó a la oficina de contabilidad, en la que ambos estábamos. También, a través de varias personas de confianza, se nos ha dicho que debemos cuidarnos porque de Soldgold, EcuaSolidus y Solaris nos buscan. El gobierno debe escucharnos. Nosotros, como pueblos originarios, hemos dicho que no queremos ser consultados y que las empresas deben dejar nuestro territorio. Defendemos nuestro territorio porque es nuestro patrimonio territorial. No hay otros espacios más para vivir. Luchamos para el buen vivir de nuestros nietos. Exigimos que se respete nuestra iniciativa de autodeterminación y nuestra vida”.

Carlos Jipa – Presidente de la F.C.U.N.A.E.

“Mientras pedimos justicia por una vida digna, el juez que nos negó la acción de protección por las afectaciones del derrame nos acusa de hacer un mensaje en el que se dice que se le aplicará justicia indígena por esta sentencia. Por desconocimiento o mala fe, considerar a la justicia indígena como una amenaza es un acto discriminatorio hacia nuestras prácticas ancestrales. Lo que buscamos con la justicia indígena es iniciar un proceso de sanación con la persona que se ha equivocado, en ningún momento esto representa una amenaza o intimidación a terceras personas. Las nacionalidades de Orellana estamos cansados de tanto atropello, continuaremos esta lucha hasta las últimas consecuencias”.

Elizabeth Durazno- Defensora y habitante de la comunidad de Molleturo. 

“A Río Blanco ingresaron en 1995, en los años de Rafael Correa, se envió a militares al territorio, no se han respetado nuestros derechos. Han generado daño ambiental y división de nuestras comunidades. Nosotros decidimos seguir con la resistencia adelante y no vamos a permitir que nadie violente nuestros derechos. Seguiremos tejiendo solidaridad junto a las y los Defensores de Derechos Humanos y de la Naturaleza de todo el mundo.”

Gabriela Fraga – Defensora y habitante de la Parroquia de la Merced de  Buenos Aires 

“En días recientes, me llegó una nueva citación. La criminalización es totalmente indignante e injusta. Sabemos que todo esto lo hacen como una forma de amedrentar y deslegitimar la lucha porque quieren mantenernos “entretenidos” en nuestra defensa. Es un desgaste económico para la población que no tiene recursos; para las situaciones como la rendición de versiones libres y voluntarias tenemos que realizar actividades como el bingo y hornados solidarios para poder pagar la defensa”.

Sofía Jarrín – Asesora de Incidencia de Amazon Watch, organización de la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos: 

“Atender la situación de las personas defensoras en Ecuador es urgente. No es posible que en el país no exista ningún tipo de garantía para la protección para quienes buscan defender derechos y detener los abusos de poder. También es imperdonable que los ataques contra 449 defensoras y defensores queden en la impunidad. Por ello, queremos construir una sociedad más democrática y contar con entornos seguros para la exigibilidad de derechos. Este es el primer paso”.

María Espinosa – Defensora de Derechos Humanos, Abogada de Amazon Frontlines y parte del equipo jurídico de la Alianza 

“Quienes defendemos derechos humanos defendemos vida digna y nos enfrentamos contra quienes abusan del poder; empresas extractivas, funcionarios públicos miembros de fuerza pública que mediante la fuerza, la coacción o el abuso del derecho pretenden imponer sus agendas, socavar derechos o desconocer sus obligaciones, nuestro ejercicio de defensa siempre les va a incomodar  y va a interpelar su ilegitimo autoritarismo eso nos pone en riesgo y por ello el Estado tiene la obligación concreta y urgente de garantizar y proteger nuestra labor; eso incluye abstenerse de usar de manera indebida el derecho penal, acciones de estigmatización y discriminacion y acoso a través del uso fuerza pública o de particulares con el ánimo de disuadir o desalentar nuestra labor”.

Contact:

Sophie Pinchetti, Amazon Frontlines at +593 98148 4873 or sophie@amazonfrontlines.org
Ada Recinos, Amazon Watch at +1.510.473.7542 or ada@amazonwatch.org
Alejandra Yépez Jácome, Amazon Watch at +593.992.713.867 or ayepez@amazonwatch.org