Incremento de casos de COVID-19 en la Amazonía ecuatoriana develan la insuficiente atención estatal y aumentan la alarma en Pueblos Indígenas

Las organizaciones de derechos humanos que suscribimos esta Alerta expresamos nuestra preocupación por el incremento de los casos de COVID-19 en la Amazonía ecuatoriana. La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos advierte que la ausencia de políticas públicas idóneas y medidas de contención y respuesta claras han incrementado la situación de riesgo para los Pueblos y Nacionalidades Indígenas. Frente a estos hechos, hacemos un llamado urgente a las entidades del Estado central y seccional por lo siguiente:

1. El aumento de contagios a pesar de la falta de pruebas de detección, situación que apenas en las principales ciudades del país se han logrado afrontar y que es aún más crítica en la Amazonía ecuatoriana. Esto corrobora un subregistro del número real de contagiados; por tanto, la población amazónica podría estar expuesta a contagios comunitarios, sin haber tomado medidas adecuadas para mitigar sus impactos.

El Ecuador es el segundo país de Sudamérica -después de Brasil-, con la mayor tasa de contagios y con una tasa de mortalidad del 3.8%, la más alta de la región por cada 100.000 habitantes.1 En este contexto, implementar medidas de distanciamiento social desde el 4 de mayo es, sin duda, un riesgo para la población y una irresponsabilidad.

2. Este 21 de Abril, el titular de la Circunscripción Territorial Amazónica (CTEA), Alex Hurtado, señaló que los fondos asignados a esta Secretaría Técnica para la atención de la emergencia se canalizarán a hospitales y distritos del Ministerio de Salud Pública, en coordinación con los Comités de Operación de Emergencia (COE). Donde es importante mencionar que ningún Plan de Emergencia Provincial ha sido coordinado y concertado con los Pueblos y Nacionalidades indígenas amazónicas. A decir de la CTEA, la distribución del 40% del monto asignado se realizó en consideración al número de población total y población afectada por el virus, siendo los valores que han recibido los Gobiernos Autónomos Descentralizados los siguientes: Zamora Chinchipe $400.000,00; Morona Santiago $580.000,00; en Pastaza, Napo y Sucumbíos, las asignaciones se han realizado a cada GAD Municipal así: Arajuno $39.106,90; Santa Clara $39.106,90; Pastaza $270.635,99; Mera $51.150,20; Carlos Julio Arosemena Tola $32.815,10; Tena $164.257,68; Archidona $85.290,81; Quijos $44.082,49; Chaco $47,847,00; Cascales $66.968,95; Cuyabeno $51.520,02; Gonzalo Pizarro $56.569,95; Lago Agrio $250.543,57; Putumayo $67.365,44; Shushufindi $141.429,31; Sucumbíos $45.602,77. A diferencia de los anteriores, al GAD en Orellana la asignación se realizó al Ministerio de Salud Pública $ 460.000,00.

En este contexto, hacemos un llamado a las autoridades de la CTEA, para que parte de estos recursos se utilicen en la compra de pruebas y equipamiento de laboratorios para su procesamiento. Contamos con una denuncia por parte de un funcionario del Ministerio de Salud (quien pide reserva de su identidad por temor a represalias), en la que indica que todavía carecen de recursos económicos para la compra de pruebas PCR y pruebas rápidas, y que a pesar de llegar a tenerlas, no existe capacidad suficiente en los laboratorios públicos y privados para su procesamiento. Este funcionario también manifestó que la falta de recursos ha motivado que dirijan pedidos a dos empresas petroleras de la zona donde labora –pedido que fue negado-.

Adicionalmente, nos preocupa la forma de distribución de las asignaciones y la ausencia de información sobre el contenido de los planes de emergencia. Estos deben aplicar el principio de interculturalidad, y establecer planes diferenciados y culturalmente adecuados para las comunidades y nacionalidades indígenas. Varias comunidades indígenas han enviado insistentes pedidos a los Gobiernos Autónomos Descentralizados Provinciales para concertar el uso de asignaciones económicas por la CTEA, pero no han sido respondidos. Este hecho deja pocas certezas sobre cómo se están invirtiendo esos recursos, cuando las distintas comunidades indígenas y campesinas vinculadas a esta Alianza han reportado incluso desabastecimiento de alimentos.

3. En la región amazónica, las comunidades indígenas y campesinas son poblaciones vulnerables frente a la escalada de las cifras de contagio, esto se debe a la inexistente o distante infraestructura sanitaria, la as operaciones de empresas extractivas –mineras y petroleras- que no cesan, a la presión de actores armados –en el caso de los pueblos transfronterizos al norte del país- y a las persistentes condiciones de pobreza y desigualdad que caracterizan esta zona.

Esta Alianza ha recibido denuncias de población sobre la falta de información relacionada al COVID-19, lo que ha provocado que en las comunidades indígenas exista un miedo generalizado y otros efectos psicosociales (estrés, incertidumbre) derivados de la incertidumbre de no saber cómo responder a posibles síntomas, por la falta de cuidado y atención por el desconocimiento de la gravedad del virus. Por tanto, insistimos en la necesidad de establecer canales de coordinación con autoridades de Pueblos y Nacionalidades y comunidades campesinas y rurales para elaborar y socializar de protocolos para evitar la propagación del virus. Le recordamos al Ejecutivo que las acciones y políticas públicas que se efectúan sin indicadores claros o respeto a estándares de derechos humanos y colectivos, generan daño y resultan ineficaces.

4. Resulta preocupante que el Gobierno Nacional, a través de la Secretaría de DDHH, insista en la promoción de un protocolo y medidas para estos pueblos que no cumplen con obligaciones de concertación, diálogo y coordinación con estructuras organizativas y de Gobernanza, y no cuentan con un enfoque de pertinencia cultural. Incluso, se ha ofrecido el material educomunicacional y protocolos de prevención/atención sobre COVID-19 creado por las Organizaciones Indígenas, sin contar con respuestas de ninguna naturaleza. Las acciones y políticas públicas que se efectúan sin indicadores claros o respeto a estándares de derechos humanos y colectivos, generan daño y resultan ineficaces.

5. Particularmente, sobre la producción petrolera y minera y el riesgo para las comunidades indígenas que deben coexistir con la explotación de sus territorios. Hacemos énfasis en que esta Alianza ha recibido varias denuncias sobre la nula aplicación de protocolos de prevención de contagio del COVID-19 por parte de las empresas subcontratistas [servicios de comida, seguridad, limpieza, entre otras]. Estas empresas tienen bajo su dependencia a cientos de trabajadores ajenos a las comunidades, quienes tienen rotación de turnos y pasan a través de las comunidades indígenas para ingresar a los campos petroleros o mineros.

Existe preocupación ante la detección de 2 casos positivos de COVID-19 entre los trabajadores del Bloque 16, operado bajo la responsabilidad de la empresa REPSOL YPF, que tiene sus actividades en el territorio Waorani. Así mismo, en el territorio comunitario de la Comuna Kichwa El Edén, en Orellana, donde opera Petroamazonas el Bloque petrolero Edén-Yuturi, se ha dado rotación de personal, a pesar de la falta de socialización de protocolos -y en el caso de las contratistas, ausencia de protocolos-. Por las advertencias de la comuna y el riesgo para los kichwas, los dirigentes han recibido presiones por parte de la empresa y sus contratistas, generando malestar en los socios de la comuna.

La comunidad shuar de Pachicutza en Zamora Chinchipe registró el primer contagio de una indígena shuar trabajadora de la minera Condor Maning, a través de una prueba aplicada por la empresa. La paciente, quien hasta la fecha es asintomática, había tenido contacto con la mayoría de las 80 familias de la comunidad. Con la detección del contagio, por lo que se decidió mantener a toda la comunidad en un cerco epidemiológico durante 15 días. No obstante, hasta el momento, la comunidad no ha sido dotada de implementos de bioseguridad, los kits de alimentos han sido insuficientes para el cumplimiento del cerco, así como tampoco han sido sometidos a pruebas PCR para confirmar o descartar la existencia de más casos. El riesgo es mayor porque el médico a cargo del caso decidió el 27 de abril que al cumplirse los 15 días de aislamiento, se levantará el cerco epidemiológico porque nadie ha presentado síntomas, sin tomar en cuenta que, como se refirió anteriormente, hay personas contagiadas que son asintomáticas.

Por todo lo expuesto anteriormente, las organizaciones que conformamos esta Alianza, insistimos en:

· Responsabilizar al Estado central y Gobiernos seccionales por las acciones de omisión, que dan cuenta del incumplimiento de las obligaciones de garantizar los derechos a la vida digna, el acceso a la salud, a la alimentación y a la información, particularmente de la población indígena y campesina de la Amazonía, toda vez que el Estado ha sido alertado de forma insistente por organizaciones indígenas y no indígenas, nacionales e internacionales.

· Instamos a la aplicación masiva de pruebas de detección de COVID-19 en la región Amazónica, mismas que diluciden la realidad que la región amazónica enfrenta y, por tanto, la toma de decisiones en correspondencia con esta realidad. Asimismo, que las medidas de aislamiento no concluyan el 4 de mayo de 2020, sin certezas sobre esta situación.

· Insistimos al Estado en la necesidad de activar operaciones sanitarias, alimentarias, logísticas en consenso con Pueblos y Nacionalidades indígenas de la Amazonía, a través de sus organizaciones y aliados. Así también, que se difunda masivamente en las comunidades indígenas el material educomunicacional preparado por la CONAIE y CONFENIAE y avalado por la Organización Mundial de la Salud.

· Exigimos que se suspendan las actividades extractivas que ponen en riesgo la vida y la salud de miles de ciudadanos, pues, tal como se están desarrollando –sin protocolos concertados con la población ni avalados por la Organización Mundial de la Salud– podrían propiciar incluso el exterminio de pueblos indígenas y de comunidades campesinas.

Recordamos que la falta de acciones urgentes e inmediatas y las acciones inadecuadas, inoportunas y no concertadas están sujetas a control público en instancias nacionales e internacionales.

1 https://www.covid19ecuador.org/


Crisis multidimensional de la pandemia COVID 19 para los Pueblos Indígenas Amazónicos Transfronterizos en Colombia, Ecuador y Perú

Amazonia, 21 de abril de 2020

Comisionada Antonia Urrejola, Relatora sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
Comisión Interamericana de Derechos Humanos

Relatora Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas Victoria Tauli Corpuz
Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas

REF.: Crisis multidimensional de la pandemia COVID 19
para los Pueblos Indígenas Amazónicos Transfronterizos
en Colombia, Ecuador y Perú

SOLICITUD DE ACCIÓN URGENTE

Estimadas Relatoras:
Por medio de la presente comunicación, las Confederaciones Nacionales Indígenas, Organizaciones Regionales de pueblos amazónicos y organizaciones internacionales firmantes respetuosamente nos dirigimos a Ustedes para poner en su conocimiento información sobre Pueblos Indígenas amazónicos transfronterizos en Colombia, Ecuador y Perú que actualmente se encuentran en una situación de crisis multidimensional. Asimismo, les solicitamos que actúen de acuerdo con sus mandatos para salvaguardar sus derechos. En estos momentos, la situación estructural de vulnerabilidad que históricamente han enfrentado estos pueblos se ve agravada por la emergencia sanitaria que propició el COVID 19, así como por las acciones y omisiones estatales frente a esta pandemia.

La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA, es una organización indígena de convergencia internacional que aglutina y representa a las organizaciones indígenas nacionales de la región amazónica. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador-CONAIE, es la organización nacional indígena que aglutina y representa a las organizaciones y comunidades indígenas en el país.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana – CONFENIAE es una organización indígena regional que representa a cerca de 1.500 comunidades, pertenecientes a las nacionalidades amazónicas, Kichwa, Shuar, Achuar,
Waorani, Sapara, Andwa, Shiwiar, Cofan, Siona, Secoya y Kijus. Con representantes de los pueblos y nacionalidades de la Amazonía.

La Organización Regional de Pueblos Indígenas del Oriente – ORPIO es una organización regional Peruana que representa 15 pueblos indígenas y 29 federaciones en la región de Loreto.

La Organización Zonal Indígena del Putumayo -OZIP representaa 150 comunidades pertenecientes a 11 pueblos Indígenas en el departamento del Putumayo asentados en las localidades de Mocoa, Puerto Guzmán, Villa Garzón, Puerto Caicedo, Puerto Asís, Orito, Puerto Leguízamo ySibundoy.

La Comisión Ecuménica de Derechos Humanos –CEDHU es una es una organización social que acompaña a las comunidades y personas defensoras del territorio en su lucha frente a los abusos del poder de las empresas y Estado .

Por su parte, las organizaciones Amazon Frontlines y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), acompañamos, y en algunas instancias representamos, a diversas comunidades indígenas. Amazon Frontlines es una organización no gubernamental multidisciplinar que acompaña Pueblos Indígenas en Colombia, Ecuador y Perú en sus procesos de pervivencia física y cultural. Tiene una presencia constante en la zona fronteriza entre estos tres países1. CEJIL es una organización no gubernamental con más de 28 años de acompañamiento a víctimas de graves violaciones de derechos humanos, entre ellas Pueblos Indígenas en Ecuador, Colombia, Nicaragua, Honduras, Paraguay y Chile, en el uso de sistemas internacionales y regionales de protección de derechos2. Ambas organizaciones representan al Pueblo Siona ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en relación con las medidas cautelares vigentes a su favor en relación con Colombia3.

En esta ocasión, solicitamos de manera específica que la Relatoría para Pueblos Indígenas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de acuerdo con las facultades otorgadas en el Artículo 41 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH), y la Relatoría Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), de acuerdo con las facultades otorgadas por el Consejo de Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU mediante Resolución 42/20 respecto el mandato de la Relatoría Especial, formulen una serie de recomendaciones a los Estados de Colombia, Ecuador y Perú; requieran información de los mismos Estados sobre las medidas tomadas para enfrentar la crisis detallada en la presente carta; y hagan un pronunciamiento público conjunto para promover respuestas estatales adecuadas.

Consideramos que, por la naturaleza transfronteriza de estos Pueblos, es necesario que los mecanismos regionales e internacionales de protección de derechos humanos adquieran un papel activo en promover la garantía de derechos, para que cualquier respuesta adecuada implique no solo acciones por parte de cada Estado, sino un esfuerzo trinacional coordinado, tal como ya lo han mencionado la CIDH y la Relatora Tauli Corpuz, para el caso de otros pueblos transfronterizos de nuestra región4.

En la presente comunicación, primero detallamos la situación general en que viven estos Pueblos transfronterizos, con atención a cómo la crisis del COVID 19 ha agravado su situación de vulnerabilidad. Luego, profundizamos la destrucción continua del territorio; y algunos grupos con afectaciones particularmente graves dentro de los pueblos transfronterizos. Para finalizar, comunicaremos a Ustedes nuestras solicitudes en función de la urgencia de la crisis y el rol transcendental que podrían tener frente una crisis de esta dimensión.

  1. Pueblos Indígenas amazónicos transfronterizos, su vulnerabilidad estructural, y el COVID-19

Los Pueblos Indígenas amazónicos transfronterizos son aquellos cuyos territorios ancestrales están divididos por las fronteras entre países, pero cuyas dinámicas de vida se ejercen de manera orgánica en lo que consideran un territorio único5. En la zona fronteriza compartida entre Colombia, Ecuador y Perú están sentados los pueblos y nacionalidades Awá, Inga, Quillacinga, Pastos, A’i Kofán, Eperara Siapidaara, Kamentsá, Murui, Kichwa, Siona, Secoya, Coreguaje, Nasa y Embera Chamí6.

Estos Pueblos viven una situación de especial vulnerabilidad con respecto al ejercicio de sus derechos humanos y colectivos, estando expuestos a situaciones sistemáticas de abandono y desatención estatal, presión de actores armados regulares e irregulares, imposición de actividades extractivas7 o forestales generadoras de despojo8. Es decir, se trata de una población que está expuesta a problemas relacionados con la falta de infraestructura de salud, condiciones de abastecimiento alimentario, agua potable y bioseguridad9.

En este contexto, los pueblos indígenas enfrentan una fuerte crisis humanitaria que incrementa cada vez más el riesgo de su extinción física y cultural, situación que se ve agravada en el medio de una pandemia mundial.

Para el año 2018, en Colombia la población indígena registrada era de 1.905.617 habitantes, lo que equivale al 4,3% del total de la población10. De los 115 pueblos y naciones indígenas en ese país11, se identifica que por su fragilidad demográfica 35 pueblos se encuentran en riesgo de extinción física y cultural, dado que están conformados por menos de 500 habitantes; este hecho los ubica como una población con alta vulnerabilidad ante la pandemia del COVID-19. A nivel de Resguardos, un total de 201.576 familias indígenas están en alerta por la probabilidad de contagio12 y son susceptibles de ser afectadas en el corto plazo13.

En los departamentos de Vaupés, Arauca, Meta, Casanare, Cauca y Tolima, en los cuales existe alta presencia de población indígena, se evidenció un aumento en el índice de necesidades básicas insatisfechas con la presencia de cuadros notificados de desnutrición aguda moderada y severa en 201814. A lo anterior se suman altos índice de mortalidad por asociadas a desnutrición en menores de cinco años15. Estos indicadores sirven para ejemplificar la difícil situación que tienen que afrontar los pueblos y naciones indígenas ante la medida de aislamiento derivada de la emergencia sanitaria sin que medien garantías por parte del gobierno nacional y los gobiernos territoriales.

En Colombia se registran un total de 3,97716 casos de COVID-19, 47 de ellos en el departamento de Nariño fronterizo con Ecuador 1 en el departamento del Amazonas limítrofe con Perú.

En Ecuador la población indígena ecuatoriana es de un millón de personas, equivalente al 7% de la población nacional17, de este total al menos el 70% se ubica en territorios distantes y con un baja o inexistente acceso a servicios de salud equipados de manera suficiente.

En Ecuador se han reportado un total de 10,128 personas casos positivos de COVID-1918, de los cuales 232 se encuentran en las provincias limítrofes con Colombia y Perú19. En los primeros días del mes de abril y el pasado 10 de abril fallecieron la madre y el padre, respectivamente, de una de las siete personas de los centros shuar Warints y Yawi, Asociación Nunkui del cantón Limón Indanza, provincia de Morona Santiago, que un mes antes atendieron a una convención en Canadá de exploración y minería a invitación de la empresa canadiense Solaris Resources/Equinox Gold. Varios de los participantes de dicho evento resultaron contagiadas de COVID-19. Las autoridades ecuatorianas, al igual que la empresa involucrada, no han podido dar evidencia alguna de que las muertes reportadas tengan relación con la epidemia provocada por el COVID-19. Además, la “movilización de militares a los territorios no se ha detenido y se conduce sin las debidas precauciones contra el COVID-19”20. En el cantón Tiwintza se confirmó un caso COVID-19, y el campamento militar de la zona se encentra en cuarentena.

El viernes 17 de abril de 2020, la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos en Ecuador21 alertó que, en los últimos 15 días, al menos 20 personas pertenecientes a la nacionalidad Siekopai presentaron síntomas asociados al COVID-19 y una persona adulta mayor con sintomatología falleció22. A la fecha de redacción de este informe, el Ministerio de Salud Pública de los distritos de Cuybeno y de Shushufindi realizaron visitas en las comunidades de Waiya, San Pablo y Bellavista, reportando personas con sintomatología respiratoria coincidente con cuadro faríngeo amigdalar y/o neumonía, informaron no contar con dotación de pruebas de testeo rápido o PCR para descartar coronavirus. Se recomendó tomar las medidas de aislamiento domiciliar.

En Perú, la población indígena es de 5,972,606 de personas, equivalente al 25% de la población nacional23. Tan solo el 32% de comunidades cuenta con establecimientos de salud24, de los cuales 92% son postas sin personal médico, el 1,7% de estas postas tiene internamiento. Dichos establecimientos presentan desabastecimiento, ausencia de medicamentos o equipos necesarios para la atención y cuentan con grandes dificultades para aplicar el enfoque intercultural25, clave para valorar las creencias y visiones relacionadas con la salud, y para complementarlas con acciones concretas por parte del Estado. Según datos del censo del 201726, solo el 9,8% de la población indígena amazónica tiene acceso a Internet; apenas el 25,8% cuenta con acceso a agua potable por red pública, el 19% cuenta con desagüe al interior de su vivienda y el 46,1% de las comunidades nativas tienen alumbrado eléctrico.

En Perú se reportan 16,325 casos confirmados27, de los cuales 552 se presentan en la provincia de Loreto28, zona de frontera con Colombia y Ecuador.

El 16 de abril de 2020, el Consejo Shipibo Konibo Xetebo- COSHIKOX, alertó públicamente sobre seis probables casos de infección de COVID -19 en pobladores de la Comunidad Shipibo Konibo de Puerto Bethel29. El 18 de abril se detectaron dos casos en la comunidad Shipibo-conibo de Puerto Bethel, provincia de Coronel Portillo, en la región Ucayali30, hasta la fecha no existe un pronunciamiento oficial por parte del Estado, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana AIDESEP ha denunciado la falta de protocolos y respuesta especifica.

Es importante precisar que las cifras reportadas de contagios por COVID-19 pueden ser mayores ya que los tres países han enfrentado dificultades para la realización de acciones masivas de testeo,31 que incluyen la falta de pruebas, la falta de protocolos claros para la toma y procesamiento de muestras y/o la falta de laboratorios especializados que realicen el procedimiento; ello pese a que la OMS ha insistido en la necesidad de complementar las medidas de aislamiento social con la realización de test masivos.

Esta situación se ha agudizado con las inadecuadas respuestas por parte de Colombia, Ecuador y Perú, para la adopción rápida y eficaz de medidas urgentes para limitar la propagación de COVID 19 en territorios indígenas, medidas de protección con enfoque diferencial, la entrega de apoyos humanitarios y kits de bioseguridad32. Al mismo tiempo, no ha habido apoyo para la implementación de los planes de contención, cuarentena y aislamiento desarrollados por las autoridades y comunidades en sus territorios.

Ante la falta de una respuesta oportuna, a nivel regional y de país varias organizaciones y movimientos indígenas ya han emitido llamados a una reacción adecuada urgente.

El 1 de abril de 2020, la Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica – COICA emitió una declaratoria en la que enfatizó la obligación estatal de garantizar la salud integral para los pueblos indígenas a través de acciones culturalmente apropiadas de prevención, detección, así como la reducción máxima de las posibilidades de mortalidad; en su comunicación exhortan a que “los gobiernos intensifiquen las acciones de vigilancia y protección de territorios invadidos por petroleros, mineros, madereros y personas ajenas a los territorios”33.

A partir del 27 de marzo de 2020, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), a través de sus boletines informativos34 a emitido recomendaciones y exigencias al poder ejecutivo sobre cómo debe actuar en las fases de prevención, atención y respuesta35. Por su parte, el 28 de marzo de 2020, la Organización Zonal Indígena del Putumayo – OZIP ofició al Estado para solicitarle que durante la emergencia económica, social y ecológica suscitada por el COVID19, se de atención a la población indígena del Putumayo en aplicación del enfoque diferencial36.

El 26 de marzo de 2020, organizaciones indígenas y de derechos humanos del Ecuador realizaron un llamado urgente al Presidente de la República37 al Ministerio de Salud y a la Secretaria de Riesgos para que dado el avance de la pandemia y la situación de especial vulnerabilidad de los pueblos indígenas se reconozca de manera pública a los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, como poblaciones especialmente vulnerables a la pandemia y, las decisiones se tomen en consulta con los mecanismos de autoridad y representación. Se solicitó que se tomen todas las medidas necesarias, culturalmente apropiadas y efectivas para proteger las comunidades y los territorios del cual dependen. De manera específica se requirió que el COE Nacional38 que estableciera de manera inmediata una mesa técnica de alto nivel, que, de manera indispensable, cuente con asesoría permanente de Organizaciones Indígenas, No Indígenas a efectos de garantizar la pertinencia de su intervención y minimizar los potenciales daños39.

En Perú, el pasado 30 de marzo organizaciones indígenas de la Amazonia peruana realizaron una declaratoria de emergencia40, informaron la situación de sus zonas y realizaron un llamado al ejecutivo y a la comunidad internacional ante una realidad que podría causar irreparables daños a las comunidades indígenas amazónicas tras la expansión del coronavirus (COVID-19), de manera específica requieren al presidente Martín Vizcarra el desarrollo de acciones de articulación y acción.

En los tres países, además de estas declaraciones diversas organizaciones indígenas, de derechos humanos y de sociedad civil han realizados permanentes e ingentes llamados al Estado41 para que se dé respuesta pertinente, urgente y concretada a los pueblos indígenas tanto en sus territorios como en entornos urbanos.

Ante una falta de respuesta estatal adecuada, en los tres países las organizaciones y comunidades indígenas han establecido de manera autónoma planes de contingencia para enfrentar la pandemia, que incluyen procesos de aislamiento social comunitario, control territorial a través de sistemas de guardia indígena, fortalecimiento de sistemas de medicina tradicional, acciones educomunicacionales y acciones de incidencia ante gobiernos locales y nacionales para la gestión de ayuda humanitaria. Hasta la fecha en los tres países los Pueblos y Nacionalidades indican que las ayudas gubernamentales siguen sin llegar42.

Entre los pueblos transfronterizos más amenazados por el virus se tiene a los Awa, Pastos Siona y Cofan, quienes mantienen una migración constante y relaciones sociales, económicas, culturales y políticas; con el fin de unir y recomponer sus pueblos, haciendo uso y aplicación de sus principios, valores y prácticas ancestrales.

Por su situación única, los Pueblos Indígenas en situación de aislamiento y contacto inicial están en mayor riesgo por los perfiles inmunológicos. Según opiniones expertas, el virus tendrá un mayor contagio cuando llega a estos Pueblos. La respuesta de protección a estos pueblos no puede circunscribirse únicamente al deber estatal de abstenerse de seguir autorizando actividades que incrementan las probabilidades de contacto, sino que además se deben tomar medidas para asegurar que esto no se produzca. Una de estas medidas debe ser un efectivo cerco sanitario en coordinación con las poblaciones vecinas a sus territorios vecinos, debiendo ser una obligación compartida por los gobiernos de los tres países, estrategia que tampoco se ha implementado hasta la fecha.

En Ecuador el 18 de abril de 2020, luego de conocerse por medio de redes sociales de un posible contagio en la zona de Pompeya43, contigua al Yasuni, zona de habitación de pueblos no contactados, funcionarios del Ministerio de Salud compartieron de manera extraoficial el “Protocolo para prevención y contingencia de CORONAVIRUS en el área de influencia de la zona Intangible Tagaeri Taromenane MTT4N-002”44, documento elaborado sin el conocimiento y la participación de organizaciones indígenas y que no incluye en sus consideraciones el impacto de la actividad petrolera que la empresa REPSOL realiza en la zona.

La organización comunitaria, la articulación entre las estructuras organizativas, pueblos e instituciones propias, así como la coordinación efectiva con las entidades territoriales, siempre bajo la orientación de las autoridades espirituales, generan condiciones más robustas para hacer frente al avance del riesgo de contagio, reduciendo la vulnerabilidad de las comunidades indígenas, ya que se puede lograr una ruta o plan de trabajo con mucha apropiación por parte de las comunidades, que responda con contundencia a las exigencias del momento y tiempos históricos que viven los indígenas y en general los pueblos del mundo. Es fundamental que, tras los tres Estados, los esfuerzos se coordinen con las autoridades locales, quienes conocen la situación y necesidades de los Pueblos.

Así mismo se manifiesta importante preocupación por la situación de miembros de pueblos indígenas residentes en zonas urbanas; situación que obedece a procesos de desplazamiento por razones socio económicas y en algunos casos por conflicto armado. Los pueblos indígenas en contexto de ciudad se encuentran en un alto nivel de vulnerabilidad en varios sentidos.

Esta población se encuentra fuera y distante de su territorio ancestral y enfrenta desafíos para la pervivencia cultural; en su mayoría se encuentran en condiciones económicas precarias o de pobreza y, ante la falta de políticas públicas diferenciales y voluntad institucional que posibiliten resignificar su ser indígena en estos contextos, la discriminación estructural e institucional, entre otros factores que marcan grandes brechas en comparación con la población mayoritaria, lo cual afecta sus capacidades para afrontar la pandemia. El tema de los ingresos económicos se genera de ingresos diarios por actividades ambulantes o de servicios informales impidiendo la adopción de la medida de aislamiento preventivo obligatorio. En ninguno de los tres países hasta la fecha ha desarrollado protocolos o procedimientos para la atención diferenciada de esta población.

Para el caso de Ecuador los miembros del Pueblo Chachi45, Epera46, Waorani47 y Kichwa48 han denunciado públicamente que sus miembros se encuentran en condiciones de precariedad ya que sobreviven de ventas informales diarias que se han visto suspendidas por las disposiciones gubernamentales de toques de queda o aislamiento, esto genera que estos se vean presionados a retornar a sus territorios originarios lo que implica graves riesgos de expansión de la pandemia.

Sin embargo, ninguno de estos llamados ha recibido respuesta efectiva por parte de los gobiernos y las acciones de atención siguen siendo desarticuladas y carecen del enfoque diferencial necesario para atender esta crisis desde la perspectiva de los Pueblos Indígenas transfronterizos en la Amazonía.

Por la gravedad de la situación, y por las necesidades únicas de esta situación, hacemos un llamado a los organismos internacionales de protección de los derechos humanos para que requieran a los Estados brindar una atención efectiva a estos problemas de manera coordinada y urgente.

  1. Necesidad de medidas de integralidad territorial

La expansión del virus en Colombia, Perú y Ecuador se ha presentado a partir de casos importados desde el extranjero49. Si bien estos casos al inicio se concentraron en las ciudades capitales, de manera gradual han ido trasladándose a otras ciudades intermedias, para, finalmente llegar a municipios cercanos a la mayoría de los territorios indígenas. Es preocupante que, al día de hoy, en ninguno de los tres países se haya logrado frenar la propagación de este virus en aquellas ciudades que cuentan con mayores capacidades técnicas, financieras y hospitalarias para atender esta pandemia.

La gravedad para los Pueblos Indígenas se exacerba por la ausencia de medidas de prevención, contención y respuesta estatal adecuadas, que consideren, entre otros criterios, las dificultades de movilidad entre y hacia los territorios, el uso de idiomas originarios diversos, la práctica de sistemas reuniones tradicionales comunales para la celebración de eventos especiales, o la forma de vida en viviendas multi-generacionales y con espacios compartidos. En el caso de los Pueblos Indígenas transfronterizos, ello se ve complejizado por la vigencia de distintos marcos jurídicos nacionales respecto el estado de emergencia y circulación permitida.

En la zona entre Colombia, Ecuador y Perú, además de la compleja situación por los niveles de pobreza multidimensional y vulnerabilidad por enfermedades prevalentes, se suma la situación de conflicto armado que ha sido un riesgo histórico para las comunidades de la región y que actualmente, de acuerdo con reportes recibidos por las comunidades y en algunos casos registrados en medios de comunicación, se ha agudizado50.

Desde el mes de septiembre de 2019, mediante la Alerta temprana 040, la Defensoría del Pueblo en Colombia señaló el elevado riesgo al que está expuesta la población civil del municipio de Puerto Asís y de algunos territorios colectivos de comunidades étnicas y Resguardos Indígenas, debido a la presencia y disputa por el control territorial entre actores armados irregulares, pertenecientes a facciones que no suscribieron el Acuerdo Final de Paz y la estructura armada ilegal autodenominada ‘La Mafia’, quienes habían incrementado sus acciones de disputa armada51.

Ante la pandemia, según información confirmada por varios líderes y lideresas de la región, los actores armados estarían amenazando con asesinar a quienes resulten con síntomas del Covid-19, como medida de control de la pandemia en el departamento del Putumayo, Colombia. Estos hechos, así como un incremento de la violencia en el departamento del Putumayo en medio de la pandemia global por el covid-19 fueron denunciados el pasado 9 de abril por varias organizaciones de derechos humanos52.

Reiteramos las denuncias hechas desde el año pasado por las diferentes organizaciones sociales y de defensa de los derechos humanos, a las cuales debemos agregar los graves hechos de las últimas semanas:

La gran familia AWA ha denunciado públicamente53 el accionar de los grupos armados ilegales que siguen amenazando sus comunidades, presentándose el homicidio de un joven del pueblo Awá en el Resguardo Tortugaña Telembí en inmediaciones de Río Pipalta, municipio de Barbacoas (Nariño); intimidación a la población por parte de actores armados a la entrada del centro educativo “Los Telembies” en el corregimiento de Buenavista, departamento de Nariño54. El Pueblo Siona de Buenavista y Wisuya también ha registrado e informado diversos actos de hostigamiento y violencia en su contra a la CIDH; entre ellos se encuentra la presión que ejercen actores armados irregulares, quienes restringen la entrada y salida de comunidades en los municipios de San Miguel, Valle del Guamuez y Puerto Asís. En este último municipio, las comunidades de la ribera del río Putumayo han denunciado que integrantes de una estructura denominada “la Mafia” han advertido de manera verbal a dirigentes y moradores que por disposición de los comandantes de dicha estructura “se la va a dar plomo a cualquier persona que resulte sospechosa de contagio con COVID19”, indicando que están en la obligación de informar al grupo de cualquier sospecha y de negarse se tomaran medidas contra las comunidades.

Pueblos Indígenas como los Siona (ZioBain), los A’I Cofan o los Inga además de los riesgos derivados de la expansión del COVID19 deben también enfrentar los impactos de actividades relacionadas con la reconfiguración del conflicto armado y actividades de crimen organizado. En la rivera los ríos Putumayo y San Miguel los grupos armados han incrementado las acciones hostiles55

Otra situación de especial preocupación es la continuidad de actividades extractivas legales o ilegales en los territorios. A pesar de que en las zonas transfronterizas se han presentado reportes de contagio de COVID-19, a la fecha los gobiernos de Colombia, Ecuador y Perú no han declarado la moratoria de actividades extractivas, considerándolas estratégicas para sus economías. Por el contrario, en Ecuador56 y Colombia57 los gobiernos siguen alentando el desarrollo de actividades extractivas en sus diferentes fases, lo que implica graves riesgos para los pueblos indígenas en cuyos territorios se desarrollan actividades extractivas58.

El 3 de abril de 2020, 25 empresarios asociados al Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga remitieron al presidente de Colombia, Sr. Iván Duque, una comunicación con propuestas para ser implementadas en el marco de lo que han llamado la crisis socioeconómica causada por el COVID-19, manifestando especialmente la necesidad de adoptar medidas “para evitar que la actividad económica real caiga de forma drástica y persistente”59. Entre las medidas proponen “aprobar procedimientos abreviados para temas que hoy frenan el desarrollo como son los trámites de regalias (sic), de consulta previa y licencias ambientales en los que, sin vulnerar el ordenamiento jurídico, se simplifique su aplicación, para aumentar y acelerar la productividad en los sectores estratégicos de desarrollo económico del país”. Por su parte el ministerio del interior emitió una reciente directriz que establece el uso de medios virtuales para la realización de la Consulta Previa60.

Ante ello, varias organizaciones indígenas y de la sociedad civil manifestaron preocupación por las medidas regresivas en materia de derechos humanos y del ambiente bajo la excusa de promover el desarrollo a partir del incremento en la productividad de algunos sectores61.

Mientras tanto, el 7 de abril de 2020, se produjo un derrame de crudo en el Ecuador, que el estado denominó un caso fortuito62. El incidente se produjo por la rotura de las dos principales tuberías de transporte del Sote y el OCP. A pesar de reiteradas solicitudes de información realizadas por organizaciones de derechos humanos, la empresa estatal de petróleos PETROECUADOR y los Ministerios ecuatorianos responsables no han transparentado la información sobre la cantidad de crudo vertido, las medidas de contención tomadas y las alternativas para que las comunidades indígenas y campesinas afectadas garanticen sus derechos mínimos de subsistencia. Este hecho agrava mucho más la situación de vulnerabilidad que ya enfrentan en el marco de la actual pandemia por el Covid-19. La única información proporcionada por el Estado ecuatoriano tiene que ver con los mecanismos para garantizar que el transporte de crudo no resulte afectado, frente al desprecio sobre la integridad, la salud y la alimentación de cientos de familias afectadas.

  1. Necesidades urgentes de atención en salud

Como hemos referenciado anteriormente, la situación de salud para los Pueblos Indígenas transfronterizos ya era grave antes de la pandemia del COVID-19 debido a la alta prevalencia de enfermedades infecto-contagiosas introducidas y enfermedades crónicas no transmisibles en a la falta de acceso a saneamiento y al deficiente servicio de salud63. Las instalaciones médicas, en caso de existir, a menudo están mal equipadas y no cuentan con personal suficiente o idóneo por ejemplo en temas culturales, servidores públicos o traductores a idioma propios, etc.

En las comunidades indígenas la prevalencia de enfermedades como la hepatitis B, la tuberculosis, la malaria o el dengue es alta. Según la Organización de las Naciones Unidas más del 50 por ciento de los indígenas mayores de 35 años padece diabetes tipo 2. Además de esto, los pueblos indígenas experimentan altos niveles de mortalidad materna e infantil, desnutrición, afecciones cardiovasculares y otras enfermedades infecciosas, como el paludismo y la tuberculosis64.

Ante esta realidad, en los Pueblos transfronterizos se ha planteado la necesidad de que los Estados deben:

  • Reconocer de manera pública que los Pueblos y Nacionalidades Indígenas son poblaciones especialmente vulnerables a la pandemia; y en consulta con sus mecanismos de autoridad y representación; tome todas las medidas necesarias, culturalmente apropiadas y efectivas para proteger las comunidades y los territorios del cual dependen.
  • Elaborar protocolos de respuesta y contención en concertación con Pueblos y Nacionalidades a efectos de garantizar la pertinencia de su intervención y minimizar los potenciales daños.
  • Garantizar derecho a la alimentación durante la emergencia. Se debe asegurar que las comunidades tengan acceso a fuentes de alimentación propias aprovisionadas mediante prácticas de pesca, cacería y recolección vigilando que no resulten contaminadas o afectadas por terceros, incluidas empresas o quienes ejecutan actividades “legales” e ilegales de minería y explotación forestal.
  • La garantía de salud integral asuma como condiciones previas:
  1. Abastecer a las unidades de salud, que prestan asistencia a los Pueblos indígenas, con la cantidad necesaria de insumos para protección individual, medicamentos sintomáticos, productos de higiene personal y garantizar flujo de reposición adecuado.
  2. Reparar los sistemas de abastecimiento de agua en las comunidades en las que estos no estén funcionando y hacer sistemas en los lugares donde aún no existan.
  3. Ofrecer apoyo alimentario pertinente y que se ajuste a las necesidades dietarias de la población.
  4. El movimiento indígena, como cooperación ante la emergencia sanitaria, ha generado protocolos de atención propios para todas las fases de la Pandemia65, por tanto es obligación del estado la difusión y/o implementación de estos contenidos interculturales generados.
  1. Necesidad urgente de información clara y culturalmente adecuada sobre la pandemia

El acceso de los pueblos indígenas a información precisa sobre la naturaleza de las amenazas y los medios para protegerse a sí mismo, a sus familias y a su comunidad es un derecho fundamental que no resulta garantizado. Esa información debe además ser clara, culturalmente adecuada y a través de canales eficientes a los que pueda acceder la población geográficamente distante que no cuenta con acceso a telefonía móvil fija, internet, televisión y energía eléctrica.

Ante el vacío de información generada por las autoridades, en los tres países han sido las organizaciones indígenas y organizaciones aliadas las que han llevado a cabo iniciativas educativas y comunicacionales campaña informativas y preventivas en lenguas originarias de pueblos y nacionalidades66. Estas acciones por parte de las comunidades y de la sociedad civil no resuelven el derecho de acceso a información de carácter estadístico y de avance – control de la pandemia, información que debe ser proporcionada por los Estados.

Por ello, es necesario retirar a los Estados su obligación de difundir contenidos interculturales adecuados, utilizar los ya generados por otras fuentes si estos existen, y garantizar una amplia y permanente difusión de estos contenidos a través de todos los canales públicos y privados, y en todos los formatos: radio, televisión, prensa escrita y plataformas digitales.

  1. Enfoque diferencial para Pueblos en aislamiento o no contactados y mujeres indígenas

Las comunidades y sus habitantes no son un grupo homogéneo. Dentro de ellas existen necesidades diferenciadas que los Estados deben tomar en cuenta. Por ejemplo, las mujeres que viven dentro de los Pueblos Indígenas tienen una situación de múltiple discriminación por su propia su condición de ser mujer67, así como por su procedencia rural, pobre, indígena y en algunos territorios víctima de acciones bélicas o de crimen organizado68; lo que las hace mayormente vulnerables a los impactos de otras situaciones de vulneración y marginalización estructural.

Algunos los pueblos indígenas, se encuentran en una doble condición de vulnerabilidad; la de aislamiento preventivo y la de confinamiento obligatorio a causa del conflicto armado y del tránsito indiscriminado de actores armados al margen de la ley por sus territorios ancestrales. Esta situación ha sido denunciada insistentemente toda vez que provoca que algunas de las comunidades indígenas estén desabastecidas de productos básicos de la canasta familiar, hecho que pone en riesgo la seguridad alimentaria, porque a pesar de las iniciativas propias de proyectos productivos, las limitaciones territoriales por las nuevas dinámicas de la guerra no han permitido el desarrollo óptimo de proyectos productivos de cultivo.

  1. Urgencia de una respuesta regional coordinada

A nivel normativo Ecuador, Perú y Colombia son países que se reconocen como multiétnicos y pluriculturales, protegen la diversidad étnica y cultural por medio del reconocimiento del derecho a la igualdad y el establecimiento de la obligación de promover condiciones para que dicha igualdad sea real y efectiva. De hecho, existen algunos esfuerzos previos por parte de Colombia y Perú de firma de acuerdos para trabajar con comunidades transfronterizas en sus territorios69.

Sin embargo, la magnitud de la pandemia COVID 19 requiere que se extremen los esfuerzos por parte de los tres Estados para las comunidades. En este sentido, el Comité DESC70 y la CIDH71 han reconocido que los pueblos indígenas se encuentran en particular vulnerabilidad frente a la pandemia.

Distintas organizaciones indígenas y de derechos humanos hemos emitido tanto en el ámbito nacional como hacia agencias multilaterales diversas y constantes alertas sobre el riesgo de extinción física y cultural que afrontan estos pueblos; exhortando a los Estados a encontrar soluciones que protejan su existencia y permitan el ejercicio de sus derechos humanos. Estos reclamos adquieren una urgencia adicional en las condiciones actuales.

A medida que continúan los bloqueos en numerosos países, sin una línea de tiempo a la vista, los pueblos indígenas que ya enfrentan inseguridad alimentaria, como resultado de la pérdida de sus tierras y territorios tradicionales, enfrentan desafíos aún más graves en el acceso a los alimentos. Con la pérdida de sus medios de vida tradicionales, que a menudo se basan en la tierra, muchos pueblos indígenas que trabajan en ocupaciones tradicionales y economías de subsistencia o en el sector informal se verán afectados negativamente por la pandemia. La situación de las mujeres indígenas, que a menudo son las principales proveedoras de alimentos y nutrición para sus familias, es aún más grave.

  1. Solicitudes

Por todo lo anterior, solicitamos a Ustedes que a la brevedad tomen todas las medidas pertinentes de acuerdo con sus mandatos, incluidos comunicados, solicitudes de información y pronunciamientos públicos conjuntos para exhortar a los gobiernos de Colombia, Ecuador y Perú lo siguiente:

a. Reconozca de manera pública que los Pueblos y Nacionalidades Indígenas, son poblaciones especialmente vulnerables a la pandemia.

b. En cada país las instituciones que están definiendo e implementando las estrategias de atención ante la pandemia deben establecer mesa técnica de alto nivel, que incluya la participación y asesoría permanente de Organizaciones Indígenas y No Indígenas con experticia en trabajo con estos pueblos y territorios. Las mesas técnicas de cada país deberían tener reuniones periódicas con las mesas de los otros países de la zona transfronteriza.

Con relación a la decisión de ampliación de la cuarentena nacional en los tres países, sin garantías de derechos ni de condiciones mínimas para que la población pueda acatar plenamente esta situación, es urgente adoptar las decisiones necesarias para garantizar el mínimo vital de subsistencia que conduzca a solventar las necesidades de alimentación, bioseguridad y acceso agua potable,

c. Para fortalecer los esfuerzos de contención y respeto de la integridad territorial de los Pueblos Indígenas transfronterizos ante la expansión del virus

i. se insta al Gobierno Nacional y a los gobiernos territoriales de los tres países a fortalecer la implementación de los planes de contención, liderados por los pueblos y nacionalidades indígenas, apropiando efectivamente y con enfoque diferencial los recursos necesarios en forma inmediata; lo que debe incluir la entrega emergente y efectiva de ayudas humanitarias – alimentos y elementos de bioseguridad.

ii. Extremar las medidas de control en TODA la zona transfronteriza entre Colombia, Ecuador y Perú, así como las acciones pertinentes para contener la pandemia y atender los casos, acorde con las solicitudes realizadas por las autoridades indígenas y los gobiernos territoriales de la zona (departamental y municipal).

iii. El gobierno intensifique las acciones de vigilancia y protección de territorios invadidos por mineros ilegales, narcotraficantes, madereros, colonos, misioneros, turistas, etc. Ello en concertación y coordinación con las autoridades y sistemas de gobernanza y protección territorial de las comunidades. Ni la emergencia, ni una noción punitiva y militar de “seguridad nacional” pueden dar lugar a la militarización inconsulta de territorios, que está expresamente rechazada por el derecho internacional y constitucional ecuatoriano de los derechos de los pueblos.

iv. Que los gobiernos prioricen los derechos a la vida digna, la salud, la integridad física, consentimiento y la autodeterminación de los Pueblos Indígenas sobre las actividades extractivas en sus territorios. La incompatibilidad entre éstas y los derechos de los pueblos se deberá resolver siempre a favor de estos, particularmente, en casos en los que la experiencia histórica y el principio de precaución imponen detener actividades y/o establecer moratorias para no arriesgar la pervivencia de grupos humanos especialmente vulnerables. Asimismo, en protección de los pueblos y sus derechos.

d. Garantizar la atención integral en salud de manera culturalmente adecuada:

i. En concertación y coordinación con las organizaciones y sistemas de autoridad de las comunidades y consejo, se emprendan acciones culturalmente apropiadas de prevención primaria (para evitar que el Covid19 llegue a las comunidades), prevención secundaria (para detección temprana de casos) y prevención terciaria (para reducción de la mortalidad).

ii. Realizar pruebas masivas territorializadas que permitan la detección temprana de personas contagiadas sintomáticas y asintomáticas como medida urgente para contener la expansión del virus. De manera INMEDIATA se deberá realizar toma de muestras de confirmación en las comunidades indígenas que presentan altos índices de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) y que se encuentra dentro de las alertas de riesgo señaladas por las organizaciones indígenas de los tres países.

Dada la falta de pruebas de diagnóstico rápido y PCR los estados deberán requerir el apoyo de la cooperación internacional para este fin.

iv. Coordinación de acciones conjuntas entre los gobiernos y las autoridades indígenas y la implementación de un Sistema de Vigilancia Epidemiológica Étnico de la pandemia.

e. Garantizar un enfoque diferencial dentro de la respuesta estatal dirigida a Pueblos Indígenas.

i. La garantía de vida y autodeterminación de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario se entienda como un altísimo deber de resultados y no sólo de intenciones de los tres gobiernos de manera autónoma y conjunta: no únicamente deben abstenerse de seguir autorizando actividades, como las de explotación y explotación petrolera o minera, que incrementan las probabilidades de contacto, sino que además se deben tomar medidas para asegurar que esto no se produzca.

Correos electrónicos para comunicación

2 Para mayor información: www.cejil.org. Sobre nuestro trabajo en relación con los pueblos indígenas en las Américas: http://www.cejilaniversario.org/pueblos-indigenas/.

3 Cfr., Resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 53/2018, Medida Cautelar No. 395-18 Autoridades y miembros de los Resguardos Gonzaya (Buenavista) y Po Piyuya (Santa Cruz de Piñuña Blanco) del Pueblo Indígena Siona (ZioBain) respecto de Colombia, 14 de julio de 2018, disponible en http://www.oas.org/es/cidh/decisiones/pdf/2018/53-18MC395-18-CO.pdf.

4 CIDH, Situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas y tribales de la Panamazonía: Aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 29 de septiembre de 2019, OEA/Ser.L/V/II. Doc.176/19, párr. 373. Disponible en: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Panamazonia2019.pdf ; CIDH, CIDH. Situación de derechos humanos de los pueblos en aislamiento voluntario y contacto inicial en la Audiencia pública, Amazonia y el Gran Chaco. 165 periodo de sesiones; 23 de octubre, 2017, disponible: https://www.youtube.com/watch?v=QeZeMLzzayI&t=0s&index=29&list=PL5QlapyOGhXvdhUdWzbRmDhNQU-Fs3U-2.

6 Cfr., Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Boletín 004 Sistema de monitoreo territorial (SMT) – Información para proteger la vida y los territorios, 31 de marzo de 2020, disponible en https://www.onic.org.co/comunicados-onic/3735-boletin-004-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios. Según ONIC, estos pueblos geográficamente se localizan en la vertiente oriental de la zona andina donde nacen los ríos Putumayo y Caquetá, afluentes del Río Amazonas y parte de la Cuenca Amazónica. Esta ubicación particular, el tránsito e intercambio permanente entre la montaña y el piedemonte selvático, así como la larga zona que se comparte con Ecuador a través del río Putumayo y sitios de paso, impregnan de características muy dinámicas a estos pueblos y a la zona transfronteriza en la que habitan

7 La implementación de la política minero-energética acelera el despojo y profundiza la crisis de acceso a servicios básicos, como el agua potable y alimentación, así como la capacidad de percibir ingresos derivados de la artesanía, la agricultura, las ventas ambulantes, el servicio doméstico, el pequeño come y otros oficios.

8 Asimismo, la destrucción de los ecosistemas producto de la extracción ilimitada de recursos naturales no renovables, la deforestación y el acaparamiento de tierras para el agronegocio, han sido elementos determinantes en la propagación de agentes patógenos

9 Ver Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Boletín 009, Información para proteger la vida y los territorios, 7 de abril de 2020, disponible en https://www.onic.org.co/noticias/70-destacadas/3759-boletin-009-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios.

10 Según información del Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, cfr., Presidencia de la República de Colombia, La población indígena en Colombia es de 1’905.617 personas, según Censo del Dane, 16 de septiembre de 2019, disponible en https://id.presidencia.gov.co/Paginas/prensa/2019/La-poblacion-indigena-en-Colombia-es-de-1905617-personas-segun-Censo-del-Dane-190916.aspx. De esta población, el 21% habitan en la zona urbana; el 79% en la zona rural y un 54,3% habita en resguardos indígenas.

11 Censo Nacional de Población y Vivienda (2018), Información de los Grupos Étnicos en Colombia, Resultados del Censo Nacional de Población y Vivienda, disponible en https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/demografia-y-poblacion/grupos-etnicos

12 ONIC, Boletín 015, Sistema de monitoreo territorial (SMT), en https://www.onic.org.co/comunicados-onic/3792-boletin-015-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios Los casos de contagio han venido presentando un patrón de expansión que inicialmente se centró en las ciudades capitales con más de 800 mil habitantes como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena, las cuales acumulan a la fecha más del 70% de los casos, y se va trasladando a municipios intermedios con población entre 700 y 100 mil habitantes para propagarse hacia municipios con población inferior a 100 mil habitantes, cerca de los cuales se encuentran la mayoría de los territorios indígenas. La gran mayoría de estas familias habitan en comunidades y predios que se encuentran fuera de resguardos y a las cuales no se les han reconocido sus derechos territoriales por parte del Estado Colombiano, su vulnerabilidad aumenta porque no pueden hacer un efectivo ejercicio de autoridad y control territorial para contener la pandemia.

13 ONIC, Boletín 009, Sistema de monitoreo territorial (SMT), en https://www.onic.org.co/noticias/70-destacadas/3759-boletin-009-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios. De los 374 municipios en los que se concentra la mayoría de población indígena del país, el 7% (26 municipios) registra una alta proporción de personas con un índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que se ubica entre el 60-96%; un 11% (43) de los municipios se encuentran entre el rango de 40-59% de NBI, y en un 27,5% (103) de los municipios el NBI se encuentra entre el 20-39%, es decir, el 46% de los municipios su índice de Necesidades Básicas Insatisfechas registra mayor al 20% cuando el promedio nacional de NBI se ubica en 14,1% según DANE (2018).

14 Instituto Nacional de Salud (2018) de Colombia, Boletín Epidemiológico Semanal, semana epidemiológica 17 de 2018, disponible en https://www.ins.gov.co/buscador-eventos/BoletinEpidemiologico/2018%20Bolet%C3%ADn%20epidemiol%C3%B3gico%20semana%2018.pdf

15 ONIC, Boletín 009, disponible en https://www.onic.org.co/noticias/70-destacadas/3759-boletin-009-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios En relación a la mortalidad por y asociadas a desnutrición en menores de cinco años, se encuentran los departamentos de La Guajira (19,6%), Cesar (10,6%), Chocó (9%), Córdoba (6,5%), Magdalena (6,5%) y Antioquia (5%), aportando más del 50% de la notificación de los eventos

16 Instituto Nacional de Salud de Colombia, disponible en https://www.ins.gov.co/Noticias/Paginas/Coronavirus.aspx . Consultado por última ocasión el 20/04/2020 a 23:00 hrs. ET.

17 Cfr., CEPAL, Los Pueblos Indígenas en América Latina, avances en el último decenio y retos pendientes para la garantía de sus derechos, noviembre de 2014, p. 98 – https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/37222/S1420521_es.pdf, Diario El Universo, El 7% de la población de Ecuador es indígena, según Cepal, 22 de septiembre de 2014, en https://www.eluniverso.com/noticias/2014/09/22/nota/4019821/7-poblacion-ecuador-es-indigena-segun-cepal

18 Johns Hopkins, Coronavirus resource center, https://coronavirus.jhu.edu/map.html, última consulta en 20/04/20 a 23:00 hora del Este de EUA.; ver también https://www.salud.gob.ec/el-ministerio-de-salud-publica-del-ecuador-msp-informa-situacion-coronavirus/

20 Acción urgente, #SOS Pueblo Shuar, Llamado Urgente del Pueblo Shuar Arutam de la Amazonia Ecuatoriana Ante La Emergencia Sanitaria, Mayaik, 13 de abril de 2020, dirigida al Presidente del Ecuador, Sr. Lenin Moreno. Anexo a este escrito.

22 La Nacionalidad Siekopai transfronteriza entre Ecuador y Perú tiene 700 miembros en ecuador asentados en seis comunidades; San Pablo de Katëtsiaya, Wa’iya, Bellavista, Siekoya Remolino, Sewaya y Eno, dentro de los cantones Cuyabeno y Shushufindi en la provincia de Sucumbíos.

23 Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú, INEI difunde Base de Datos de los Censos Nacionales 2017 y el Perfil Sociodemográfico del Perú, disponible en http://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/inei-difunde-base-de-datos-de-los-censos-nacionales-2017-y-el-perfil-sociodemografico-del-peru-10935/ Los Censos Nacionales 2017 revelaron que, el 22,3% de la población de 12 y más años de edad (5 millones 176 mil 809) se autoidentificó como Quechua y el 2,4% (548 mil 292) de origen Aimara. Asimismo, se registraron 79 mil 266 personas que dijeron ser nativo o indígena de la Amazonía; 55 mil 489 personas Ashaninkas; 37 mil 690 personas de origen Awajún; 25 mil 222 como Shipibo Konibo, y 49 mil 838 personas manifestaron ser de otro pueblo indígena u originario.

24 Cfr, Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú, III Censo de Comunidades Nativas 2017, p. 68, en https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1598/TOMO_01.pdf

25 Cuando no se mira desde lo intercultural, brotes de enfermedades, como la hepatitis B, acaban siendo un riesgo de extinción, como vimos en el pueblo kandoshi en Loreto. Este caso alerta sobre la situación de muchos pueblos, cuyo sistema de salud tradicional no es suficiente para hacer frente a la enfermedad y revela, además, la necesidad de una formación y capacitación en salud intercultural desde los órganos sanitarios del Estado que les permita comunicarse mejor con la población y comprender sus prácticas para fortalecerlas. https://www.undp.org/content/undp/es/home/blog/2020/supporting-peru_s-indigenous-people-in-the-fight-against-covid-1.html

27 Johns Hopkins, Coronavirus resource center, https://coronavirus.jhu.edu/map.html, última consulta en 20/04/20 a 23:00 hora del Este de EUA.

31 Acción urgente, #SOS Pueblo Shuar, Llamado Urgente del Pueblo Shuar Arutam de la Amazonia Ecuatoriana Ante La Emergencia Sanitaria, Mayaik, 13 de abril de 2020, dirigida al Presidente del Ecuador, Sr. Lenin Moreno. Anexo a este escrito; también, Boletines ONIC. https://www.onic.org.co/noticias

32 Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Boletín 009, Información para proteger la vida y los territorios, 7 de abril de 2020, disponible en https://www.onic.org.co/noticias/70-destacadas/3759-boletin-009-sistema-de-monitoreo-territorial-smt-onic-informacion-para-proteger-la-vida-y-los-territorios .

34 El primer boletín informativo está disponible en https://www.onic.org.co/comunicados-onic/3708-primera-entrega-situacion-de-riesgo-de-la-pandemia-en-pueblos-indigenas-de-colombia. Los boletines son derivados del sistema de monitoreo territorial ONIC, este mecanismo busca contribuir a la toma de decisiones oportunas y pertinentes de las autoridades tradicionales, que se encuentran actuando en Derecho Propio, para la protección de los territorios y comunidades así como de organizaciones sociales, entidades de cooperación e instituciones gubernamentales, pretendiendo aunar esfuerzos que permitan garantizar la pervivencia y la integridad de los 115 pueblos y naciones indígenas frente a la pandemia identificada como COVID19.

35 Los boletines se encuentran en https://www.onic.org.co/noticias

36 Organización Zonal Indígena del Putumayo – OZIP, Comunicación dirigida al Gobernador del Departamento del Putumayo, 28 de marzo de 2020, Anexo a la presente comunicación.

39 Acción urgente, #SOS Pueblo Shuar, Llamado Urgente del Pueblo Shuar Arutam de la Amazonia Ecuatoriana Ante La Emergencia Sanitaria, Mayaik, 13 de abril de 2020, dirigida al Presidente del Ecuador, Sr. Lenin Moreno. Anexo a este escrito

44 Protocolo para prevención y contingencia de CORONAVIRUS en el área de influencia de la zona Intangible Tagaeri Taromenane, Anexo al presente escrito

49 Para el caso de Colombia, ver boletínes ONIC, https://www.onic.org.co/noticias

51 Defensoría del Pueblo, Alerta temprana Nº 040-19, de inminencia, debido a la situación de riesgo que enfrentan los habitantes del Corregimiento de Piñuña Blanco, Municipio Puerto Asís, departamento Putumayo. Septiembre de 2019. https://www.justiciaypazcolombia.com/alerta-temprana-no-040-19-de-inminencia-debido-a-la-situacion-de-riesgo-que-enfrentan-los-habitantes-del-corregimiento-de-pinuna-blanco-municipio-puerto-asis-departamento-putumayo/

55 Testimonio reservado de habitantes de comunidades Cofan receptado por Amazon Frontlines, 6 de abril de 2020.

57 Declaratoria de Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica en todo el territorio Nacional, decreto 417 de 2020, http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Decretos/30038962 ; véase también, Decreto 457 de 2020, Por el cual se imparten instrucciones en virtud de la emergencia sanitaria generada por la pandemia del Coronavirus COVID-19 y el mantenimiento del orden público. http://www.suin-juriscol.gov.co/viewDocument.asp?ruta=Decretos/30038972

58 Cfr., CIDH, Informe sobre Pueblos Indígenas, comunidades afrodescendientes y recursos naturales, 31 de diciembre de 2015. Ver párr. 273. La CIDH ha identificado que los proyectos de extracción, explotación o desarrollo generan una serie de afectaciones a la integridad personal, salud y derecho a un medioambiente sano de los pueblos indígenas y tribales, y comunidades afrodescendientes. http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/IndustriasExtractivas2016.pdf

59 https://imgcdn.larepublica.co/cms/2020/04/05190248/02.04.20-Carta-Presidente-Duque-Recomendaciones-ICP-VFinal.pdf.pdf.pdf.pdf , Organizaciones de derechos humanos y del ambiente, entre ellas Amazon Frontlines, suscribimos una carta dirigida al presidente Ivan Duque manifestando preocupación y rechazo por las medidas regresivas en materia de derechos humanos y del ambiente propuestas por algunos sectores del empresariado colombiano, como parte del denominado “paquete de alternativas para la prevención de la parálisis de la actividad económica en el escenario de la pandemia por el coronavirus COVID-19”. https://earthrights.org/media/groups-urge-president-duque-to-protect-frontline-communities-during-covid-19-pandemic/

60 Ministerio del Interior. Circular Externa del 27 de marzo de 2020. CIR2020-29-DMI-1000.

65 Directrices Generales para el Manejo de la Emergencia del COVID 19 en las Comunidades y comunas Indígenas del Ecuador. Propuesta de: Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador CONAIE, Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana CONFENIAE, Confederación de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador ECUARUNARI, Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Costa Ecuatoriana CONAICE. 2020

67 CIDH, Informe temático: Las mujeres indígenas y sus derechos humanos en las Américas, 2017. Párrafo 228. La información recabada por la CIDH mediante sus distintos mecanismos de protección y promoción de los derechos humanos corrobora que las mujeres indígenas han enfrentado y siguen enfrentando múltiples formas de discriminación por razones de género, etnicidad y situación de pobreza que exacerban su exposición a violaciones de derechos humanos en diferentes contextos. http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/mujeresindigenas.pdf

68 CIDH, Informe temático: Las mujeres indígenas y sus derechos humanos en las Américas, 2017, párrafo 88. La CIDH reitera que los conflictos armados incrementan la vulnerabilidad de las personas, pueblos y grupos marginados a las violaciones de derechos humanos, y crean situaciones en que las mujeres indígenas son blanco desproporcionado de agentes armados estatales y no estatales. La Comisión Interamericana ha observado que, en el ámbito del conflicto armado, “todas las características que han expuesto a las mujeres a ser discriminadas y a ser sujetas a un trato inferior históricamente” se exacerban y “son explotadas y abusadas por los actores del conflicto armado en su lucha por controlar territorio y recursos económicos” http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/mujeresindigenas.pdf

69 CIDH, Situación de los derechos humanos de los pueblos indígenas y tribales de la Panamazonía: Aprobado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el 29 de septiembre de 2019, OEA/Ser.L/V/II. Doc.176/19, párrs. 375 a 377. Disponible en: http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/Panamazonia2019.pdf

70 Committee on Economic, Social and Cultural Rights, Statement on the coronavirus disease (COVID-19) pandemic and economic, social and cultural rights, 6 April 2020, E/C.12/2020/1, par. 9.

71 CIDH, Resolución 1/2020, Pandemia y Derechos Humanos en las Américas, considerando III, párr. 55 a 57.


"Are You A Good Ancestor?”: A Message From Indigenous Leader Nemonte Nenquimo For Earth Day

“Are you a good ancestor?” This Earth Week, Waorani leader Nemonte Nenquimo from the Ecuadorian Amazon calls upon us to become guardians of nature for our planet and future generations. Nearly one year ago – on Sunday 26th April – Nenquimo helped to lead her people’s historic victory against Big Oil protecting a half million acres of primary rainforest in the Amazon, galvanizing indigenous movements’ efforts to halt the expanse of natural resource extraction across approximately seven million acres of mega-biodiverse rainforest.

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This powerful animated short, created in collaboration with our allies Global Wildlife Conservation, is the third in their five-day series entitled One Home, celebrating the interconnectedness of all life on the planet for the 50th anniversary of Earth Day. In the midst of a global pandemic, Nenquimo continues to raise her voice to urge us to protect our world’s last wild places. An overwhelming body of scientific evidence has demonstrated what indigenous peoples already knew for thousands of years: healthy forests are vital for the health of our planet, and our shared existence and climate.

Tragically, indigenous peoples, who are on the frontlines of the battle to protect the Amazon, our world’s most important rainforest, fear ethnocide should the foreign disease cause a widespread outbreak in their territories. Nenquimo is one of the many leaders helping to organize indigenous communities’ response efforts to protect themselves from the highly contagious virus, which has devastated Ecuador. Numbers suggest the South American country is suffering one of the worst outbreaks in the world. Several indigenous communities, including within the Siekopai and Shuar nations, have reported recent deaths, which are suspected to be COVID-19 related – but the lack of access to tests in the country has not allowed for these deaths to be confirmed.

To support indigenous-led actions and solutions to the pandemic, we launched an “Amazon Emergency Action Fund (COVID-19)” campaign earlier this month, in partnership with indigenous organizations of the Ecuadorian Amazon. There’s still much support needed – click here to make a donation.


COVID 19: The survival of indigenous peoples is at risk

  • It is urgent that the States of the Americas adopt culturally appropriate, timely and effective responses to guarantee the rights of indigenous peoples in the face of the pandemic

The Americas, April 20, 2020. – In the face of the emergency caused by the spread of COVID-19 in the Americas, we call upon the States of the region to adopt urgent measures that respond to the specific needs of indigenous communities in the prevention of contagion and the mitigation of the consequences generated by the various public policies implemented during the pandemic.

In accordance with international obligations, these measures must be culturally appropriate and consulted with the communities. In addition, they must guarantee differentiated attention for cross-border peoples and indigenous people in urban, rural or more isolated natural environments, as well as those peoples in voluntary isolation or initial contact.

The COVID-19 pandemic is negatively affecting the entire population of the hemisphere, forcing the States of the region to take extraordinary measures to address this emergency. Likewise, this health crisis has once again shown that there are groups of especially vulnerable people with conditions that are exacerbated by this pandemic. Such is the case of the 826 indigenous peoples of the Americas, with a total population of 45 million people. These towns have historically had limited access to health services, face constant obstacles to the practice of traditional medicines, suffer chronic diseases at high rates, and have been devastatingly affected by diseases contracted from contact with people outside their communities, which is particularly harmful for peoples in isolation and initial contact.

The pandemic’s arrival in these communities and the serious impact it may have on their rights does not represent a future urgency. Cases of contagion have already been reported in different towns in the region, so the response must be profound and urgent, in order to prevent a possible risk of extinction.

In this context, we express our concern over the fact that the majority of the indigenous peoples of the hemisphere are excluded from the formulation and implementation of policies that affect them. This is also the reality in the context of this pandemic.

Throughout the continent persist conditions of inequality, poverty, exclusion, historical discrimination and lack of adequate consultation of indigenous peoples. The aforementioned effects and prevents their access to food, health services, water and hygiene items, that determine life or death in the framework of the pandemic. These factors, combined with specific vulnerabilities that affect some indigenous peoples, such as respiratory disorders and lack of immunological defenses against relatively common diseases, add to the risk factors already established by COVID 19 and make this pandemic a serious threat to the survival not only of some people, but entire groups of peoples.

On the other hand, in the territories of the indigenous peoples of the region, mining, agribusiness, and forestry activities, among others, are continuing, which, in addition to the historical impact on their rights, becomes a further risk factor, due to the entry of people from outside their communities. This risk is also present in those places where traffic restrictions have not been imposed, and tourism and the continuous transit of people is maintained. Of special concern is the fact that an increase in the presence and threats of illegal armed groups in and around the territories of indigenous peoples has been documented in certain areas, a situation that also increases the risk of human rights violations. This, like the quarantine measures, deepens the isolation of some communities whose members need to go out to obtain basic supplies, food, and humanitarian aid.

Additionally, indigenous peoples are excluded from adequate and timely official information regarding the pandemic. The lack of culturally mediated information available in the native languages ​​threatens their survival and violates their right to non-discrimination.

In consideration of these facts, we remind States that all the measures adopted must guarantee, without any discrimination, the individual and collective rights of indigenous peoples, with full respect for the realities, worldview, traditions and experiences of each people. These measures should be articulated by the different State institutions so as to guarantee the enjoyment of the highest level of health, physical, mental and spiritual, as well as access, without any discrimination, to all social and health services. Likewise, it is essential that a differential approach is immediately adopted that takes into account the intersection of different factors (age, sex, gender, diverse capacities) that increase the vulnerability of people belonging to indigenous peoples and those within them that are particularly vulnerable to the impacts of the pandemic.

We call on the States to immediately coordinate with the indigenous peoples of the region any measure that involves them or that is implemented within their territories. For this, the States must:

  • Include indigenous peoples in the formulation of mechanisms and measures for the implementation of responses to the COVID-19 pandemic, in order to adopt culturally appropriate measures for each people. They must in turn formulate specific measures for indigenous people in urban, rural or environmental settings, as well as more isolated natives, and those peoples in initial contact or voluntary isolation. They must also generate adequate processes for cross-border peoples;
  • Ensure that all actions and measures taken are carried out in full coordination with the authorities of indigenous communities, with respect for the rights of prior consultation.
  • Generate appropriate information on the magnitude and risks of the health crisis, the prevention methods and the measures to be implemented; etc, in line with the physical, social and cultural environments of the peoples of the region;
  • Implement measures that guarantee adequate food security, access in necessary quantities to drinking water and appropriate health services for the needs of indigenous peoples;
  • nsure that towns have sufficient means of communication to access adequate health information and services (for example, consider the availability of radio systems, satellite phones, internet connections, etc.);
  • Ensure transportation to health centers, access to adequate medicines, translation of care for indigenous people affected by the coronavirus or endemic diseases that require it; as well as safe quarantine conditions for indigenous people who return to their community.
  • Guarantee that the territories of indigenous peoples and their surroundings are free from threats by legal and illegal actors, limiting their entry into the territory and guaranteeing the integrity of the inhabitants;
  • Suspend or limit all types of economic activity in and around the territories of indigenous peoples that may jeopardize their health, with particular care given the situation of peoples in initial contact or peoples in voluntary isolation;while refraining from taking any regressive measures regarding prior consultation and easing mechanisms for environmental control and control;
  • Ensure quarantine and post-quarantine measures that guarantee the right to education and health of children and communities;
  • Allocate as a priority resources to guarantee all the rights of indigenous peoples and prevent the spread of COVID-19 within their territories with full respect for the realities, worldview, traditions and experiences of each people;


Comunidad Siona del Putumayo Exige Plan de Contingencia Para Prevenir el Contagio por COVID-19 y Enfrentar el Desabastecimiento de Alimentos

Territorio Transfronterizo Ziobain (Siona), 20 de abril de 2020​.- Con preocupación, informamos que el día 17 de abril, sin previa concertación con las Autoridades de la Comunidad Ancestral de Sionas y Kichwas de San José de Wisuya, el Alcalde del Gobierno Autónomo Descentralizado del cantón de Putumayo, Segundo Londoño, ingresó a nuestro territorio, con el fin de entregar kits de alimentos. Al respecto, ​denunciamos que la referida autoridad, sin explicación alguna, excluyo de ese beneficio a aproximadamente 22 familias indígenas Sionas y Kichwas​, así como tampoco informó si el abastecimiento de alimentos se iba a realizar de forma periódica. Cabe mencionar que ​los kits de alimentos se entregaron a menos de la mitad de las familias​, pues la mayoría desconocía del desarrollo de la actividad del Alcalde. ​Rechazamos esta acción discriminatoria y violatoria de sus obligaciones ​como autoridad, sujetas a permanente control público.

La ausencia de respuesta estatal, la falta de acceso a fuentes de información claras, eficientes y culturalmente adecuadas, el desabastecimiento alimentario y la inadecuada e inequitativa distribución de los pocos kits de alimentos por parte del Municipio han generado sentimientos de angustia y desasosiego en nuestras familias. Es conocido que la pandemia ha complicado la sobrevivencia de las poblaciones que enfrentamos desde años atrás el abandono estructural del Estado. En este sentido, enfatizamos que ​desde el inicio de esta crisis sanitaria hemos asumido con responsabilidad el aislamiento comunitario preventivo, activando a nuestros Cuiracua (Guardia Indígena) para la protección de nuestros comuneros y territorio; pese a ello, hasta la fecha no hemos contado con la ayuda humanitaria por parte del Estado central; y la autoridad local que llegó a San José de Wisuya (Ecuador) sin coordinación excluyó a varias de nuestras familias.

Si bien es cierto, las actividades de pesca nos han favorecido en nuestra subsistencia alimentaria, pero el incremento de la presencia de grupos armados irregulares y la presión que ejercen sobre nosotros y nuestros dirigentes limita también estas actividades y nos mantienen en condición de confinamiento​. A esto, se suma que el ingreso de alimentos complementarios a la dieta como arroz, aceite, azúcar, sal, fideos, enlatados es restringido. Si la grave crisis alimentaria que atravesamos persiste, debemos enfrentar el riesgo de salir a entornos urbanos a buscar alguna actividad remunerada para poder obtener provisiones alimenticias.

Estamos conscientes de que este hecho nos enfrentaría a la posibilidad de contagio y de extender la pandemia en nuestra nacionalidad, que, para el caso de Colombia, cuenta con Medidas Cautelares de la CIDH y está declarada por el Estado colombiano en riesgo de extinción física y cultural; situación que no es distinta en Ecuador. Sin embargo, ​no podemos quedarnos y exponer a nuestras familias a pasar hambre y a subsistir con un acceso precario a la alimentación y a elementos de bioseguridad​.

Nuestro contexto es complejo porque somos una comunidad transfronteriza que vive en medio de graves vulneraciones a derechos humanos, propiciadas por inconsultas actividades extractivas petroleras que se desarrollan del lado colombiano y ecuatoriano y por las actividades de grupos armados ilegales que, en el contexto actual de cuarentena sanitaria, no han cesado. Adicionalmente, la tasa de transmisibilidad del COVID- 19 pone en INMINENTE RIESGO nuestra pervivencia física, espiritual y cultural. De hecho, ​existe la alerta en nuestro territorio de un trabajador petrolero posiblemente contagiado​, por lo que nos hemos organizamos con las comunidades vecinas de Chíparo y El Palmar para hacer controles en la vía y evitar el ingreso de personas ajenas a la comunidad, salvo concertación con las Autoridades Comunitarias.

DEMANDAMOS de las autoridades tanto las que representan al Ejecutivo en nuestro territorio como a los GAD’S de Sucumbíos, Putumayo y Santa Elena​:

Medidas para prevenir contagios masivos por COVID-19 en Pueblos Indígenas que prioricen la participación, la consulta y el consentimiento previo, libre e informado de nuestros dirigentes o nuestros asesores técnicos.
● La ​entrega inmediata de Kits alimenticios y elementos de bioseguridad (gel/alcohol, tapabocas, jabón), ​en especial para nuestra Guardia Indígena, que se encuentra en actividades de control territorial que aseguran el no ingreso de terceros a nuestro territorio y previenen la exacerbación de las actividades ilegales. Así también,​ garantizar la atención prioritaria de salud a nuestra Guardia​.
● La ​realización de pruebas masivas territorializadas ​que permitan la detección temprana de personas contagiadas sintomáticas y asintomáticas como medida urgente para contener la expansión del virus.
● El ​cese inmediato de las actividades petroleras​, por ser consideradas no esenciales y por ser un potencial foco para la expansión del virus. ​Tómese en cuenta la alerta zonal por el posible contagio de un trabajador de la empresa Petroamazonas​ en las instalaciones ubicadas en la vía el Palmar.
No utilizar el ESTADO DE EXCEPCIÓN para militarizar, así como, para permitir el ingreso o incrementar la realización de actividades extractivas. ​Mucho menos para ingresar de forma violenta a nuestro territorio ni al de otros pueblos, nacionalidades y comunidades indígenas.
● Que ​los controles militares y puestos policiales ubicados en zonas de fronteras y al ingreso de la comunidad El Palmar sean equipados con elementos de bioseguridad​, y ​se garantice que el personal militar ha sido sometido a pruebas de testeo rápido, PCR ​y a procesos de cuarentena antes de llegar a la zona para evitar que sean focos de contagio para nuestra comunidad.
Que las instituciones que tienen compromisos con nuestra comunidad no utilicen la medida de teletrabajo para dilatar nuestros procesos. ​Por el contrario, que se atienda como prioridad los casos de pueblos, nacionalidades y comunidades indígenas.

Para coordinación de acciones en la comunidad, favor contactarse a​:
Dirigencia de la Comunidad ​+57 313 8729294 (Colombia) ​sionawisuya@gmail.com
Yasmín Calva – Asesora Jurídica​ +593 98 984 9212 (Ecuador)
DEMANDAMOS de las autoridades tanto las que representan al Ejecutivo en nuestro territorio como a los GAD’S de Sucumbíos, Putumayo y Santa Elena​:


Ancianos y familias Siekopai se refugian en Pë’këya, su territorio ancestral, para protegerse del Covid-19

“Nuestro objetivo e intención es de ir a este sitio estratégico para salvar nuestras vidas”.

Sucumbíos, 16 de abril de 2020.​ – La declaratoria de la emergencia sanitaria por parte del Estado les ha significado a las comunidades siekopai ansiedad extrema, sobre todo a nuestras autoridades tradicionales -los ancianos-. El Covid-19, la reciente contaminación del río Shushufindi y la consecuente muerte de peces, la presion de terceros no indigenas para caceria, la cantinuidad de actividades petroleras aumentaron las preocupaciones comunitarias por la sobrevivencia en esta cuarentena. Por ello, en tres canoas, 40 siekopai, entre ellos, nuestros abuelitos, decidieron refugiarse en Pë’këya (hoy, Lagartococha), centro del origen espiritual siekopai, con el fin de evitar el contagio de la actual pandemia.

Al respecto, el presidente de la nacionalidad Siekopai, Justino Piaguaje, señala:
“Estamos muy cerca de esta enfermedad. La intención es estar totalmente aislados. Esto nos hace pensar en los siglos anteriores; escapar, sobre todo, a ese sitio de mucha importancia cultural para nosotros y sitio estratégico. Para nosotros, será un tiempo de recordar el pasado, la historia de nuestros abuelos, pero sobre todo para salvar nuestras vidas en estas circunstancias, ya que no tenemos apoyo del gobierno local, ni nacional”.

Nuestros abuelos y abuelas recuerdan la historia de epidemias que enfrentaron sus antepasados y a las que muchos de sus ancestros, lamentablemente, no lograron sobrevivir. En un encuentro antes de incrementar las medidas de seguridad y confinamiento, nuestros ancianos recordaron, por ejemplo, enfermedades que fueron transportadas por misioneros, viajeros y por caucheros que llegaban a los territorios.

Ese día, rememoraron las historias de sus propios abuelos sobre una gripe a la que conocían como “tosferina”, la misma que produjo la muerte de una cantidad importante de Siekopai. En ese momento, la decisión fue adentrarse en las zonas más profundas de la selva, y protegerse durante esa emergencia sanitaria.

La diferencia con el actual contexto es la posesión territorial. En el pasado, nuestro territorio era extenso y Pë’këya siempre fue un territorio estratégico. Nuestros ancestros vivían en Pë’këya antes de inconsultas y arbitrarias decisiones que los gobiernos tomaron y que nos despojaron de ése, nuestro espacio de vida. Primero fue la guerra con Perú en la década del 40; luego, la declaración inconsulta de las áreas protegidas por parte del Estado Ecuatoriano, particularmente, la constitución de la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno y luego la inequitativa entrega de nuestro territorio mediante la figura de convenios a terceros.

De 30.000 o 40.000 siekopai que los cronistas indican, actualmente, sólo somos 700. Además, resistimos en un territorio extremadamente reducido y cercado por petroleras, palmicultores, que contaminan la selva.

Adicionalmente, desde el 2017, nuestro pedido de adjudicación no ha sido atendido por el Ministerio del Ambiente. De hecho, el proceso de definición del área protegida y los convenios de uso y manejo se suscribieron entre el Estado y comunidades no originarias, sin la participación de la Nacionalidad Siekopai y sin considerar sus reclamos territoriales.

De ahí que el viaje a Pë’këya es significativo, pues nuestros abuelos saben que en ese lugar sus familias estarán verdaderamente protegidas. Ahí, podrán subsistir y alejarse, de alguna manera, de la pandemia; asimismo, recordarán su pasado y revitalizarán el presente en conjunto con las y los más jóvenes.

En este sentido, Jimmy Piaguaje, joven comunicador siekopai, hace referencia a la importancia de la memoria y el vínculo con el territorio caminado por nuestros abuelitos, como parte central de la lucha que inició hace varios años:

“Creo que se está repitiendo la historia. Por adentrarse en la selva años atrás, algunos abuelos han sobrevivido y son los que tenemos con nosotros con vida ahora. Para nosotros, están dejando un mensaje importante: de que todavía la historia sigue ahí, todavía sigue la memoria, la fuerza de los abuelos. Todavía tienen esperanza de volver a ver a sus hijos crecer ahí y que sientan que son realmente siekopai. Cada vez que viajan cuentan una historia, sus recorridos, porque en esos recuerdos vive todavía la cultura. Es hora de unir las fuerzas con los abuelos y reclamar más fuerte por el territorio, porque vemos lo que está pasando en la actualidad en los territorios que tenemos; ya no hay cacería, ya no hay pesca, los abuelos se mueren y ahorita, con esto, se ponen más en peligro nuestros abuelitos, que son nuestras fuentes de sabiduría y de conocimiento. Creo que los abuelos tienen algo más que decir y todavía podemos hacer algo por ellos. Si logramos que ese territorio vuelva muchas décadas de resistencia, sería un momento histórico que puedan sentir el aire en P​ ë’këya​”.

En definitiva, con este viaje, le recordamos al Estado central y local, especialmente al Ministerio de Ambiente, al COE Provincial, al Ministerio de Salud y a los GADs que, ante la insuficiente actuación para garantizar la salud y la alimentación de nuestra Nacionalidad, decidimos ejercer nuestro derecho territorial y refugiarnos en Pë’këya (Lagartococha). Y lo haremos cada vez que sea necesario también como una forma de autocuidado.
Conminamos al MAE y a las FFAA a respetar esta determinación, pues es la ÚNICA ALTERNATIVA para proteger nuestra vida y la de nuestros abuelos y abuelas. EXIGIMOS garantías para que hechos de intimidación y amenaza que ya hemos sufrido no se repitan; nuestra vida depende de nuestro territorio ancestral.

Finalmente, hacemos hincapié en que la mayoría de familias siekopai continúan en el territorio que actualmente ocupamos, por las cuales exigimos actuación inmediata, urgente, concertada y culturalmente adecuada. Es obligación del Estado velar por su protección, salud y alimentación. De tal forma que responsabilizamos por las consecuencias de la falta de atención a las familias que decidieron no viajar en esta ocasión.

CONTACTOS​:
Jimmy Piaguaje​, comunicador siekopai: 096 701 5578 / ​Alejandra Yépez Jácome​, comunicadora: 099 271 3867

 

Actualización [18 de abril 2020]: En los últimos 15 días, al menos 20 personas de la nacionalidad Siekopai presentan sintomas asociados al COVID-19 y 1 persona adulta mayor con sintomatología falleció. Exigen al Ministerio de Salud un testeo masivo y acciones urgentes e inmediatas del COE Nacional y de la Presidencia de la República


EP Petroecuador Minimiza El Impacto del Derrame de Crudo en la Amazonia Ecuatoriana

Gerente general de EP Petroecuador, Pablo Flores, minimiza el impacto del derrame de crudo en los ríos Coca y Napo por la ruptura del SOTE/OCP/Poliducto a 7 comunidades

Quito, Ecuador. 16 de abril 2020 – El 14 de abril de 2020, en la emisión estelar de Teleamazonas, a propósito de la ruptura del SOTE y OCP que ocasionó el derrame de crudo en los ríos Coca y Napo, el gerente de Petroecuador, Pablo Flores, afirmó que “se siente muy optimista de que se culmine la reparación antes de la fecha estimada” y “que están realizando paralelamente trabajos de contención y remediación del crudo derramado”. Precisó, además, que “se han identificado al menos 7 comunidades que tienen afectación por este derrame”.

Ante estas declaraciones, las organizaciones de la Alianza por los Derechos Humanos, organizaciones sociales y eclesiales manifestamos que:

1. Existe evidencia de que se emitieron múltiples advertencias sobre el riesgo creado por la erosión regresiva que interrumpió el flujo de la antigua cascada San Rafael. Lamentablemente, parece que el Estado, y para este caso particular EP PETROECUADOR y OCP, ignoraron las advertencias y no hicieron nada frente a este fenómeno. Con esto, omitieron su deber constitucional de proteger a las personas, a las colectividades y a la naturaleza frente a los efectos negativos de los desastres de origen natural o antrópico, mediante la prevención ante el riesgo, la mitigación de desastres, la recuperación y el mejoramiento de las condiciones sociales, económicas y ambientales, minimizando así la condición de vulnerabilidad.

2. No existe a la fecha evidencia de las supuestas medidas de “contención y remediación”. Una revisión de la línea de tiempo entre el anuncio en redes realizado por OCP y el realizado horas después por EP PETROECUADOR muestra que las medidas fueron insuficientes. Esto se agrava con el hecho de que el Ejecutivo tardó muchas horas más en reconocer que hubo un derrame de crudo; sin que a la fecha tengamos certeza de la dimensión del mismo y ni de las medidas de contención que, según señala Pablo Flores, existieron. Esta injustificada demora y la falta de transparencia en la información exacerba la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las poblaciones ribereñas que continuaron realizando sus actividades de subsistencia en el río. Se han compartido imágenes que muestran a pobladores, incluyendo niños y niñas que fueron cubiertos por el hidrocarburo.

3. Llama la atención que se afirme que el Estado está implementado medidas de “contención y remediación”, cuando los reportes de las comunidades confirman manchas de hidrocarburo en el río Napo. Hasta la mañana del 14 de abril, la comunidad de Pañacocha, ubicada a unos 200 km de distancia, aguas abajo del sitio de la ruptura del oleoducto, mediante videos seguía reportando la presencia de petróleo en el río Napo. Por lo tanto, las medidas de las que habla el Gerente de EP PETROECUADOR no han sido oportunas y continúan siendo insuficientes.

4. Es lamentable que se trate de minimizar el impacto a “al menos 7 comunidades”. Información recopilada por organizaciones sociales e indígenas, y registradas por medios de comunicación, muestran afectaciones en al menos a 150 comunidades ribereñas de los río Coca y río Napo que, tal como se ha mencionado, dependen de manera directa del río para su subsistencia. Inclusive, a partir de este derrame, la ciudad de El Coca no se está abasteciendo del río porque éste se encuentra altamente contaminado (El Comercio, 8 de abril de 2020). Instituciones y organizaciones del Perú mencionan que “según la información facilitada desde las comunidades kichwas del Napo, a responsables del Vicariato de San José del Amazonas, la afectación ya es una realidad. El crudo ya llegó a territorio peruano” (CAAP, 8 de abril de 2020).

5. La aseveración sobre la afectación a sólo 7 comunidades, aproximadamente, evidencia la falta de información pública transparente y oportuna sobre este desastre y su magnitud; por lo cual exigimos a EP PETROECUADOR que publique datos y cifras exactas, transparente la magnitud de la contaminación y tome medidas reales de remediación y reparación, en especial para aquellas comunidades indígenas y campesinas cuyos ríos son la única fuente de agua. Insistimos en que la subsistencia de centenares de familias indígenas y campesinas depende directamente de los ríos de la Amazonía.

6. Recordamos el deber primordial del Estado de garantizar sin discriminación el efectivo goce de los derechos humanos “en particular la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y el agua para sus habitantes” (Constitución art. 3), y que estos derechos no pueden ser suspendidos ni limitados durante la vigencia del Estado de Excepción.

7. De manera particular, en el contexto de medidas excepcionales por el Coronavirus, el Estado debe tomar medidas URGENTES para la atención de la población que resulta más vulnerable, como es el caso de Pueblos Indígenas, y evitar que otros factores externos, evitables y derivados de actividades no esenciales representen un riesgo mayor.


Las Voces de Nuestras Mayoras Siona Se Apagan en Medio de Abandono Estatal Colombiano y Ecuatoriano

CONDOLENCIA

Territorio transfronterizo Ziobain. 14 de abril 2020 – Con profunda tristeza, desde el Resguardo Siona de Buenavista y la Comunidad Ancestral de Sionas – Kichwas de San José de Wisuya informamos que nuestra Mayora, Rosa Yaiguaje, falleció a pocos días de haber cumplido 84 años. Con su partida, la Nacionalidad transfronteriza Ziobain pierde no sólo una de sus guías, sino también a una de las últimas memorias de la cultura siona.

Durante su vida, acompañó la lucha por la pervivencia de este Pueblo; conocía y amaba su territorio. En conjunto con los demás Taitas y las Mayoras, iba al frente de la organización por la defensa del territorio. Ella era la oralidad viva que caminaba y revitalizaba este proceso. Lamentablemente, partió sin gozar de un territorio completamente limpio de explotación petrolera y la consecuente contaminación; y sin poder ver a su Pueblo libre del hostigamiento por parte de las petroleras Amerisur PLC y Petroamazonas EP y de la intimidación y amenazas de los grupos armados.

Ella se fue sin ver en el territorio un hecho distinto al absoluto abandono estatal de los gobiernos colombiano y ecuatoriano. No pudo presenciar la aplicación de las medidas cautelares de la CIDH en la zona colombiana; mientras del lado ecuatoriano, no encontró ni siquiera el reconocimiento formal del riesgo de extinción física y cultural de su Pueblo, mucho menos las medidas necesarias para su protección.

Así mismo, no pudo presenciar la construcción de las Casas de Pensamiento para que niños, niñas y jóvenes sionas puedan seguir el camino de los Taitas y Mayoras. Su palabra se apagó sin poder compartirnos más historias y cuentos siona; sin poder enseñarnos el idioma que poco a poco se va diluyendo entre nosotras y nosotros.

Nuestra Mayora Rosita nos dejó en un momento cada vez más complejo para quienes habitamos el Putumayo; un momento en el que el paramilitarismo y otros grupos irregulares armados asesinan a diario a nuestros hermanos dirigentes sociales de otros pueblos. Sin embargo, su imagen se junta a la de nuestros Taitas y Mayoras que han trascendido, y estamos seguros que seguirá siendo una referencia importante para nuestra lucha, que es la lucha por la pervivencia del Pueblo Ziobain.

Que la muerte de la Mayora Rosita suponga el reconocimiento estatal del riesgo al que se enfrenta nuestro Pueblo. Las voces, las memorias de Taitas y Mayoras se están perdiendo en medio de omisión, de silencio e inacción.

Finalmente, decimos en su honor:

No quiero
Que mis muertos descansen en paz
Tienen la obligación
De estar presentes
Vivientes en cada flor que me robo
A escondidas
Al filo de la medianoche
Cuando los vivos al borde del insomnio
Juegan a los dados
Y enhebran su amargura.

Los conmino a estar presentes
En cada pensamiento que desvelo

No quiero que los míos
Se me olviden bajo tierra
Los que allí los acostaron
No resolvieron la eternidad

No quiero
Que mis muertos me los hundan
Me los ignoren
Me los hagan olvidar
Aquí o allá
En cualquier hemisferio

Los obligo a mis muertos
En su día
Los descubro, los trasplanto
Los desnudo
Los llevo a la superficie
A flor de tierra
Donde está esperándolos
El nido de la acústica.

DOS DE NOVIEMBRE
Stella Díaz Varín, La Colorina

 


Llamado Urgente del Pueblo Shuar Arutam de la Amazonia Ecuatoriana Ante La Emergencia Sanitaria

ACCIÓN URGENTE

#SOSPuebloShuarArutam
LLAMADO URGENTE AL COE NACIONAL Y AL MINISTERIO DE SALUD ANTE LA EMERGENCIA SANITARIA

Mayaik, 13 de abril de 2020

Sr. Lenin Moreno
Presidente de la Republica de Ecuador

Sra. Alexandra Ocles
Secretaria de Gestión de Riesgos

Sr. Juan Carlos Zevallos López
Ministro de Salud Pública del Ecuador

Srs. Sala de Coordinación y Respuesta Oportuna e Integrada para la pandemia del COVID-19 de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH)

Sr. Arnaud Peral
Coordinador Residente ONU Ecuador

En su despacho:

Entre el 1 y 4 de marzo de este año, en Toronto – Canadá, se desarrolló la “Convención de Exploración y Minería de Primer Nivel”, ignorando varias sugerencias de que ésta debía cancelarse por la expansión del COVID-19 que ya generaba alarma en varios países europeos, del sudeste asiático y Canadá. Entre los participantes de esta Convención estuvieron siete personas de los centros shuar Warints y Yawi, Asociación Nunkui del cantón Limón Indanza, provincia de Morona Santiago, invitadas por la empresa canadiense Solaris Resources/Equinox Gold y su subsidiaria en Ecuador, Lowell Copper Holdings. Es de conocimiento público que varios de los participantes se contagiaron de COVID-19, entre ellos el Ministro de Minas de Burkina Faso en África Occidental, luego de lo cual otras 146 personas habrían resultado contagiadas en ese país.

El Consejo de Gobierno del PSHA, conjuntamente con la Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH), CONFENIAE y CONAIE ante la declaración de Estado de Excepción por la Emergencia Sanitaria en Ecuador, activamos nuestros protocolos de protección y restricción de la circulación de personas, así como el monitoreo permanente de nuestros territorios.

El 2 de abril pasado, la Presidenta del Consejo de Gobierno del PSHA, Josefina Tunki, comunicó esta situación al Gobernador de Morona Santiago, al Defensor del Pueblo y al Coordinador del Área de Salud Zonal 6 y solicitó que, en coordinación con el Consejo de Gobierno del Pueblo Shuar Arutam, implementen las medidas necesarias y culturalmente adecuadas para impedir y contener el contagio del virus en la nacionalidad Shuar. Se solicitó determinar si el deceso de la madre de uno de los viajeros, ocurrido tras su regreso de Canadá, se debe al COVID-19.

Ante esto, el Gobernador de Morona, Juan León Pilco, a través del medio de comunicación Exprésate Morona, respondió que “los protocolos fueron cumplidos eficazmente, esta compañía de extracción minera cumplió a satisfacción” y afirmó, sin ofrecer evidencia alguna, que la muerte reportada en Warints “no tiene nada que ver con las personas que viajaron a Canadá”. Además, censuró la actuación de la Presidenta del PSHA.

El pasado 10 de abril, falleció el padre de otro de los participantes de la mencionada Convención y en los últimos días, desde los centros shuar Warints y Yawi nos han reportado los nombres de más personas que se sienten enfermas.

A lo anterior hay que sumar que la movilización de militares a los territorios no se ha detenido y se conduce sin las debidas precauciones contra el COVID-19. Personal de las Brigadas de Selva continúan rotando sin tomar ninguna precaución, como sucede en el cantón Tiwintza donde ya se confirmó un caso del COVID-19. Actualmente el campamento militar está en cuarentena.

Los Pueblos Indígenas conservamos prácticas ancestrales de protección frente a emergencias de este tipo,incluido el manejo territorial; sin embargo, estas son vulneradas por las acciones y omisiones de las autoridades. Es inexplicable que el Decreto de Estado de Excepción por la Emergencia Sanitaria, dictado el 16 demarzo, haya exceptuado a las actividades extractivas de la restricción de movilidad necesaria para impediry contener a la pandemia. La constante rotación de personal ajeno a las regiones donde se desarrollan esasactividades constituye un factor de alto riesgo de propagación y peligro para las todas las comunidadeslocales, indígenas o no. El beneficio directo que esa excepción injustificada representa para las operadoras mineras en la zona, las empresas Lowell Mineral, Solgold/Cruz del Sol, Aurania Resources/Ecuasolidus, Luminex Resources-BHP/Proyectmin, Explorcobres, Ecuacorrientes, entre otras, incrementa la vulnerabilidad de Warints, Yawi y otros centros y asociaciones miembros del Pueblo Shuar Arutam.

El gobierno ecuatoriano tiene la obligación dar una respuesta urgente, culturalmente adecuada, que priorice el derecho a la vida y a la integridad cultural, tal como lo plantea el numeral 57 de la Resolución 1/2020, adoptada por la CIDH el 10 de abril de 2020, sobre Pandemia y DDHH en las Américas que manda a:

Extremar las medidas de protección de los derechos humanos de los pueblos indígenas en el marco de la pandemia del COVID-19, tomando en consideración que estos colectivos tienen derecho a recibir una atención de salud con pertinencia cultural, que tome en cuenta los cuidados preventivos, las prácticas curativas y las medicinas tradicionales.

Por lo anterior EXIGIMOS:

1. Que el COE Nacional y Provincial así como el Ministerio de Salud Pública implementen acciones de respuesta efectiva frente a las muertes registradas en Warints, en aplicación del principio de precaución ante la sospecha de que esas muertes se hayan debido al Covid-19. En coordinación con el PSHA y siempre en observación del principio del consentimiento, previo, libre e informado, se deben aplicar las pruebas para determinar posibles contagios en el entorno de los viajeros a la cita minera en Canadá; establecer un cerco epidemiológico efectivo que incluye la provisión de los míni- mos necesarios de alimentación y pervivencia para que se pueda cumplir la cuarentena en dignidad; y brindar la atención y tratamiento oportuno, acordes al derecho a la Salud Integral (Constitución Política 2008), incluidos los medicamentos y cuidados paliativos necesarios, a las personas que estu- vieran contagiadas.

2. Que el MSP realice pruebas masivas en el territorio del PSHA que permitan la identificación de personas contagiadas sintomáticas y asintomáticas como medida urgente para contener la expan- sión del virus, priorizando la toma de muestras en los centros shuar aquí señalados.

3. Que el COE Nacional y Provincial establezcan de manera inmediata, y en coordinación con el Con- sejo de Gobierno del PSHA, la Federación Interprovincial de Centros Shuar (FICSH), la CONFENIAE, la CONAIE, acciones conjuntas y coordinadas para la implementación de un Sistema de Vigilancia Epidemiológica Étnico de la Pandemia.

4. Que el COE Nacional, Provincial y los Gobiernos Autónomos Descentralizados entreguen de manera urgente y efectiva ayuda humanitaria como alimentos (para garantizar de manera especial la nutrición de nuestros niños, niñas, adolescentes y ancianos), medicinas, kits de limpieza y de desinfección en todos los centros del Pueblo Shuar Arutam.

5. Que la Defensoría del Pueblo nacional y provincial activen su rol de garantes de derechos para que el Ministerio de Salud y el COE Provincial asuman sus obligaciones de manera directa y trans- parenten la información a las estructuras de gobierno propio del Pueblo Shuar Arutam, sus Asocia- ciones y Centros y, garanticen la pertinencia cultural en todas sus acciones.

6. Que el Ejecutivo y el COE Nacional prioricen los derechos a la vida digna, la salud, la integridad física, consentimiento y la autodeterminación del Pueblo Shuar Arutam por sobre las actividades extractivas en su territorio. La incompatibilidad de actividades extractivas mineras y los derechos de los Pueblos se deberá resolver siempre a favor nuestro, particularmente, en casos en los que la experiencia histórica y el principio de precaución obligan a detener actividades y/o establecer moratorias para no arriesgar nuestras vidas. Los Pueblos Indígenas amazónicos, históricamente hemos sido altamente vulnerables a enfermedades y epidemias occidentales. Entendiendo además que el mantener estas actividades impiden el cumplimiento de la cuarentena y el aislamiento requeridos para evitar y contener la pandemia, corresponde la inmediata salida del territorio del PSHA de personal de las empresas extractivas y de personal de las fuerzas armadas y policía destinados a su protección.

Para mayor información:
Josefina Tunki
Presidenta del Pueblo Shuar Arutam
Teléfono: 096 203 2831
Correo electrónico: josefinatunki1962@hotmail.com

Galo Chup
Gestión Externa del Pueblo Shuar Arutam
Teléfono: 098 505 3816
Correo electrónico: kurich2015@hotmail.com

Marcelo Unkuch
Gestión Externa del Pueblo Shuar Arutam
Teléfono: 096 183 9233
Correo electrónico: marcelounkuchp@hotmail.com

 

Se adhieren a la presente carta:

Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE
Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía del Ecuador – CONFENIAE
Confederación Kichwa del Ecuador, ECUARUNARI
Federación de Centros Awá del Ecuador y la Gran Familia Awá Binacional (Esmeraldas-Carchi)
Federación Indígena y Campesino de Imbabura, FICI
Red de Coordinadora de Organizaciones Sociales del Norte, REDCONE (Esmeraldas)
Actores sociales de la parroquia “6 de Julio de Cuellaje”
Asamblea de la Unidad Cantonal de Cotacachi, AUCC (Imbabura)
Asamblea de los Pueblos del Sur, APS
Asociación de Campesinos Agroecológicos de Intag, ACAI
Asociación de Productores del Norte, APT-NORTE
Asociación de Propietarios de Tierras Rurales del Norte
Asociación Shuar Bomboiza (Morona Santiago)
Bosque Protector Los Cedros (Imbabura)
Cabildo por el Agua de Cuenca
Colectivo Caminantes
Colectivo de Antropólogas
Colectivo de Geografía Crítica Ecuador
Colectivo de las parroquias Chical y Maldonado (Carchi)
Colectivo Mindo es Vida
Comité en Defensa de la Vida y los Derechos de la Naturaleza, parroquias Palo Quemado y las 9. Pampas (Cotopaxi)
Comunidad A’i Cofán Sinangoe (Sucumbíos)
Comunidad Indígena Amazónica de Acción Social Cordillera del Cóndor, CASCOMI (Zamora Chinchipe)
Coordinadora Cantonal por la Defensa de la Vida, el Agua y la Naturaleza Canton Pallatanga
Coordinadora Ecuatoriana de Organizaciones para la Defensa del Ambiente y la Naturaleza, CEDENMA
Coordinadora Nacional campesina Eloy Alfaro
Cuencas Sagradas Territorios Para la Vida Ecuador-Peru
Defensa y Conservacion Ecologica de Intag DECOIN (Imbaura)
Ecuador Decide
Federación de Organizaciones Campesinas e Indigenas del Azuay, FOA
Frente de Defensa del Noroccidente de Pichincha
Frente Provincial por la Defensa de la Pachamama y la Vida (Bolívar)
Grupo Kanaka
Hijas del Maíz – Saramanta Warmikuna
Infórmate Pueblo
Luna Creciente
Mancomunidad de la Bioregión del Chocó Andino:
Calacalí, Nono, Nanegal, Nanegalito, Pacto,Gualea y Mindo (Pichincha)
Observatorio Minero Social y Ambiental del Ecuador, OMASNE
Parlamento Popular y Plurinacional de Mujeres y Organizaciones Feministas
Pastoral social – Cáritas de Esmeraldas
Red Jóvenes Chocó Andino
Ser Animal
Sistema comunitario de Agua de Girón (Azuay)
Tierra y Vida – CEDOCUT
Unión tierra y vida
Yasunidos
Yasunidos Guapondélig (Azuay)
Acción Ecológica
Amazon Frontlines
Amazon Watch
Asociación Latinoamericana para el Desarrollo Alternativo, ALDEA
Asociación Latinoamericana de Medicina Social, ALAMES
Clínica Ambiental
Comisión Ecuménica de Derechos Humanos, CEDHU
Corporación Toisán (Imbabura)
FIAN Ecuador
Fundación Cambugán
Fundación Pachamama
Fundacion Regional de Asesoría en Derechos Humanos – INREDH
Gaia – Tierra Vive
Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo
Land is Life
Surkuna
Tegantai – Agencia de Noticias Ecologistas


Nacionalidad Waorani de la Amazonia Ecuatoriana Exige Participación En Las Intervenciónes Durante la Emergencia Sanitaria

Frente a ausencia de protocolos culturalmente específicos durante la pandemia, organizaciones de la nacionalidad Waorani exigimos a COE provinciales concertar nuestra participación en la intervención durante la emergencia sanitaria

Amazonía del Ecuador, 09 de abril 2020 – La nacionalidad Waorani, organizada a través de la Nacionalidad Waorani del Ecuador (NAWE), la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía ecuatoriana, (AMWAE), y las filiales provinciales: CONCONAWEP en Pastaza, ONWO en Orellana, y ONWAN en Napo, queremos recordarle al Estado que, a varias semanas de declarada la emergencia sanitaria debido a la pandemia del covid-19, las poblaciones waorani –cerca de 4.000 personas- continuamos enfrentando una situación humanitaria grave. Tanto quienes han decidido permanecer en las comunidades como aquellos que viven en las ciudades y han decidido proteger a sus familias manteniéndose fuera de sus comunidades.

Los primeros están sufriendo por falta de alimentos como sal, arroz, fideos que complementan la dieta alimenticia, además, no cuentan con medicamentos que provienen de farmacias, hay escasez de insumos como fósforos y jabón. Los segundos, más de 150 familias que se encuentran en la parte urbana en la Shell, Coca y Tena, están afectados por no poder ingresar a sus comunidades semanalmente a proveerse de alimentos de sus chacras como el plátano, la yuca y las carnes de monte.

Como Nacionalidad Indígena en reciente contacto, con una historia de enfermedades introducidas a través delos procesos de colonización y con un sistema inmune menos resistente a nuevas enfermedades; así mismo,con territorios habitados también por Pueblos Indígenas en situación de no contacto con el mundo global yaltamente vulnerables, nos preocupa particularmente que las autoridades sanitarias continúan sin emitir ningún protocolo específico y concertado con las organizaciones indígenas nacionales, con sus aliados, odirectamente con nuestras organizaciones.

Esto, pese al exhorto de la Secretaría General de la OEA, con fecha 3 de abril de 2020, de trabajar “(…) de manera coordinada con protocolos específicos que apunten a resguardar la salud y bienestar de su población indígena desde un enfoque intercultural (…)”.1 Así como, pese al riesgo que implica la presencia de extraños en nuestros territorios, la actividad extractiva no ha cesado. Por tanto, exigimos del Estado ecuatoriano lo siguiente:

1. Establecimiento de manera INMEDIATA de una mesa técnica de alto nivel, dentro de los COE provinciales de Pastaza, Orellana y Napo, que incluya la participación del presidente de la NAWE con el apoyo de sus Organizaciones filiales y sus equipos técnicos con experticia en trabajo con estos pueblos y territorios.
2. Ese espacio deberá garantizar la coordinación ágil y efectiva entre los COE Provinciales el Ministerio de Salud, la Secretaría de Riesgos, la Policía y las Fuerzas Armadas, con las organizaciones y dirigencias Waorani, para mantener a las comunidades libres de contagio y aseguradas en sus mínimos vitales (alimentación y salud integral).
3. Se debe crear bajo el esquema de coordinación ya descrito, el acceso a las canastas básicas (Kits alimenticios) y elementos de bioseguridad (gel, tapabocas) tanto para las familias que permanecen en las ciudades o sectores rurales como para las familias que permanecen en territorio, con distintos alimentos de acuerdo con el lugar de vida.
4. Se debe asegurar que las comunidades que permanecen adentro tengan acceso a fuentes de alimentación propias aprovisionadas mediante prácticas de pesca, cacería y recolección, vigilando que no resulten contaminadas o afectadas por terceros.

5. Sobre la garantía de salud integral proponemos:

a) En concertación y coordinación con las organizaciones y sistemas de autoridad de las comunidades y consejo, se emprendan acciones culturalmente apropiadas de prevención primaria (para evitar que el Covid-19 llegue a las comunidades), prevención secundaria (para detección temprana de casos) y prevención terciaria (para reducción de la mortalidad).
b) Realizar pruebas masivas territorializadas que permitan la detección temprana de personas contagiadas sintomáticas y asintomáticas. De manera INMEDIATA, se deberá realizar toma de muestras de confirmación en las comunidades Waorani que presentan altos índices de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA).
c) Aplicación de test a personal de petroleras y personal estatal antes del ingreso a los territorios para evitar el contagio involuntario.
d) Coordinación de acciones conjuntas entre los gobiernos y las autoridades indígenas y la implementación de un Sistema de Vigilancia Epidemiológica Étnico de la pandemia.
e) Abastecimiento de las unidades de salud, que prestan asistencia en los territorios de PPII o aledaños, con la cantidad necesaria de insumos para protección individual, medicamentos sintomáticos, productos de higiene personal, garantizando el flujo de reposición adecuado.
f) Reparar los sistemas de abastecimiento de agua en las comunidades en las que estos no estén funcionando e implementar sistemas en los lugares donde aún no existan.
g) Un plan de aislamiento en las comunidades para aquellas familias o grupos de familias contagiadas, que incluye un Protocolo con buena información, conocido por cada comunidad, la provisión de carpas y utensilios de cocina y víveres suficiente para cumplir el aislamiento.
h) En el caso de presentarse emergencias graves y se decida por la comunidad la evacuación de las personas que están en esta situación de salud, el COE, en coordinación con la NAWE, debe asegurar de manera obligatoria el uso de avionetas para sacar a los pacientes graves y el traslado inmediato hacia el hospital más cercano, que esté en capacidad real de atender la emergencia, que cuente con un espacio asignado y un respirador (Hospitales públicos adecuados como el Hospital Eugenio Espejo).

6. Es obligación del Estado Plurinacional ecuatoriano la difusión de contenidos interculturales. En este sentido, el movimiento indígena, la NAWE y sus organizacioneshan generado una campaña informativa y preventiva en lenguas originarias de pueblos y nacionalidades. El gobierno debe garantizar y disponer la difusión amplia y permanente de estos contenidos mediante todos los canales públicos y privados, y en todos los formatos.

7. El gobierno debe intensificar las acciones de vigilancia y protección de territorios invadidos por mineros ilegales, narcotraficantes, madereros, colonos, misioneros, turistas, etc. Ello, en concertación y coordinación con las autoridades y sistemas de gobernanza y protección territorial de las comunidades.

8. Ni la emergencia, ni una noción punitiva y militar de “seguridad nacional” pueden dar lugar a la militarización inconsulta de territorios, que está expresamente rechazada por el derecho internacional y constitucional ecuatoriano de los derechos de los pueblos y nacionalidades.

9. Que el gobierno priorice los derechos a la vida digna, la salud, la integridad física, el consentimiento y la autodeterminación de los Pueblos Indígenas sobre las actividades extractivas en sus territorios. La incompatibilidad entre éstas y los derechos de los pueblos se deberá resolver siempre a favor de estos, particularmente, en casos en los que la experiencia histórica y el principio de precaución imponen detener actividades y/o establecer moratorias para no arriesgar la pervivencia de grupos humanos especialmente vulnerables. Asimismo, en protección de los pueblos y sus derechos.

10. De no ser factible esta participación solicitamos que se realice una asignación presupuestaria, misma que será manejada por la NAWE, en base al esquema de problemática y necesidades que se ha presentado.

Finalmente, reiteramos que mientras el tiempo transcurra las acciones urgentes que se tomen serán un factor determinante en los impactos que esta pandemia cause en nuestra gente.